Blogia
Motril@Digital

La Columna a la Izquierda " “EL SARCASMO DE LA LEY” por Francisco Pérez Terrón

La Columna a la Izquierda " “EL SARCASMO DE LA LEY” por Francisco Pérez Terrón

Ahora se habla mucho de leyes; pero como todo en la vida, la ley es algo serio cuando es seria, pero ese énfasis que le dan a lo de “hay que aplicar la ley“, puede resultar  ridículo. Ami me da risa. ¿Nadie se acuerda que el nivel de autonomía que nos dimos los andaluces lo conquistamos en la calle, pasando por encima de la Ley y de la Constitución, que no nos consideraba región histórica? Que se lo pregunten al Profesor Javier Pérez Royo que escribió bastante sobre este tema

Hasta en el seno de un alto tribunal, donde se sientan magistrados con  solemnes togas y puñetas, puede haber interpretaciones muy diversas del sentido de una ley.

¿Acaso no se reforman, se cambian o se dictan nuevas leyes?

Luego todo está en la voluntad y en las manos de los legisladores.

Aplicar leyes injustas, por muy aprobadas que hayan sido, es injusto

Todos sabemos que la aprobación de una ley no depende de su grado de justicia sino de otras muchas presiones que tienen, solo remotamente, algo  que ver con la justicia.

Me diréis que no hay otra manera de hacer funcionar un país, y tenéis razón. No se ha inventado otro método para evitar que los parlamentos actúen sin presiones. Pero por muy cotidiano que esto sea, no es lo ideal.

Hace muchos años, Fidel Castro dijo que la democracia solo era posible cuando los ciudadanos cabían en el estadio. Mira por donde, la moderna tecnología permitiría volver a que todos los ciudadanos pudieran participar en las decisiones del Estado.  Lo malo es que nos encontraríamos con el problema del número  ¿como manejar los millones de opiniones que caben en el “estadio cibernético”?.  

Hay temas que no se pueden discutir seriamente en los términos que se está haciendo. Cuando un hijo de familia decide independizarse, la discusión sobre la oportunidad o la conveniencia se plantea entre los padres y el hijo;  los hermanos no tienen mucho que decir al respecto.

El Lehendakari vasco ha reanudado recientemente  su alternativa para Euskadi, afirmando que España no es una. Ha sido muy acertada su referencia a que los tiempos de “una grande y libre” se han superado. Esto se añade a la ofensiva de Cataluña sobre el derecho a decidir.

Lo que les da la razón a ambos es la negativa cerril  y sin argumentos del Gobierno del P.P.

Estoy casado con una vasca y tengo bastantes amigos, a quienes aprecio, que son vascos y catalanes. Por una parte me chocaría encontrar fronteras internacionales entre nosotros; pero por otra, también tengo amigos igualmente entrañables que son franceses, bosnios o noruegos, y no percibo diferencia en nuestras relaciones amistosas porque sean extranjeros.

En definitiva, me parece que estamos dándole vueltas, tontamente, a un problema ficticio que no tiene la menor relevancia.

Yo pasé mi infancia y parte de mi juventud en Motril y no recuerdo haber tenido la percepción de que era andaluz. Claro que sabía que había nacido en Andalucía, pero más bien como un dato aprendido en clase de geografía, no como algo que me hiciera diferente, y mucho menos antagónico a nadie.

Por eso insisto en que el problema es ficticio. Se plantea por la confrontación.

Eso es lo que rompe España. Si cada uno pudiéramos actuar con naturalidad según nuestro criterio, se acababan los problemas.

0 comentarios