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Stop Desahucios consigue evitar un desahucio de una vecina de Motril a pocos días de ejecutarse

Stop Desahucios consigue evitar un desahucio de una vecina de Motril a pocos días de ejecutarse

María José Ibáñez recibió en febrero de este año una carta, introducida por debajo de la puerta de su casa en Motril. En ella le decían que dos semanas después, el 1 de marzo, tenía que abandonar su vivienda. Ibáñez, organizada en el grupo Stop Desahucios del 15M de Granada, nunca fue desahuciada gracias a la lucha colectiva.

Esta vecina de 49 años, ex maestra que actualmente recibe el subsidio de 426 euros y vive con sus dos hijas de 20 y 17 años, se hipotecó con el Banco Popular en 2005. Dos años después perdía el trabajo y empezó a tener problemas del pago. Ibáñez estuvo dos meses sin pagar, pero en cuanto reunió el dinero acudió al Popular a saldar su deuda. “Debía sólo 600 euros y cuando fui a pagar me dijeron que el piso estaba intervenido”, relata la vecina, quien añade: “Me hinché a llorar”.

Ibáñez, como tantos otros trabajadores presa de la desinformación, dejó pasar el tiempo hasta que llegó la fatídica carta. Stop Desahucios intervino y, al menos, se consiguió evitar el desahucio y recientemente se firmó un acuerdo para un alquiler social de un año, prorrogable a otros tres.

“Se ha hecho lo que se ha podido, no me quedaba otra porque me quitaban la casa. Las leyes y los bancos están obsoletos”, opina la vecina de Motril, quien está “indignada por tener que pagar una fianza por la casa donde vivo desde hace diez años”. “¿Tengo que pedir permiso al banco si quiero pintar las rejas?”, se pregunta enfadada ante esta situación que para ella es de “ciencia-ficción”. A pesar de todo, sigue adelante: “Me parece importante participar porque nos siguen engañando, no solucionan nada. Están agravando los problemas, eso es lo que yo veo”.

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