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Científicos granadinos han identificado genes del tomate que mejoran su nutrición y toleran niveles altos de sal

Científicos granadinos han identificado genes del tomate que mejoran su nutrición y toleran niveles altos de sal

Científicos granadinos han identificado genes del tomate que mejoran su nutrición y aumentan la tolerancia a elevados niveles de sal, un avance que permitirá obtener plantas de tomate más resistentes a la salinidad, que se podrían cultivar en zonas afectadas por este problema .

Aunque la sal sea un condimento emparejado con el tomate en su consumo, en la producción la relación no resulta tan factible, ya que las altas concentraciones salinas hacen que las plantas de tomates crezcan menos, al dificultar la obtención de nutrientes.

Científicos de la Estación Experimental del Zaidín, centro ubicado en Granada y perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han clonado transportadores de iones que permiten el paso de potasio o sodio a través de las membranas de las células vegetales, según informó este organismo.

Estos transportadores podrían desempeñar un papel clave en la nutrición, ya que el potasio es uno de los nutrientes fundamentales para las plantas. Por otra parte, los transportadores reducirían el efecto tóxico de las sales impidiendo la entrada de sodio en la planta o promoviendo su acumulación en lugares donde no resulta perjudicial para la misma.

Entre los distintos factores implicados en la tolerancia a la salinidad, los investigadores se han centrado en los genes encargados del transporte de iones. Así, han caracterizado los genes implicados en funciones transportadoras gracias a ensayos en sistemas modelo como levaduras o membranas artificiales.

El objetivo final de los investigadores del centro granadino es disponer de una batería de genes que, incluidos en plantas de tomate, aumenten la tolerancia del vegetal a la sal, a la vez que mejoran su nutrición. De esta forma, se obtendrían plantas transgénicas, es decir, modificadas genéticamente, más productivas.

Este avance resulta especialmente importante en zonas donde los agricultores cultivan el tomate de forma intensiva y riegan con aguas de baja calidad que contienen altas concentraciones de sales.

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