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«Están crucificando a mi defendido sin que se haya demostrado nada»

«Mi cliente está siendo crucificado sin que se haya demostrado nada». Así lo aseveró ayer Pablo Acosta, el abogado de Miguel Hernández, el único detenido en relación con la muerte de la langreana Beatriz Ordóñez en Vélez de Benaudalla. El jurista afirmó que el caso «se sigue investigando» y que por el momento la Guardia Civil «no nos ha comunicado nada más que pueda relacionar a mi defendido con la muerte de la joven».

El cadáver de Beatriz Ordóñez fue encontrado desnudo y con signos de violencia en un canal de la pequeña localidad granadina de Vélez de Benaudalla el pasado 12 de octubre. Miguel Hernández, también asturiano, de El Entrego, fue detenido, pero posteriormente fue puesto en libertad, bajo fianza de 3.000 euros, después de hacer una reconstrucción de su versión de lo que ocurrió la última vez que vio a Ordóñez con vida. Hernández declaró que había forcejeado con la langreana cuando intentaba que ella no se suicidara arrojándose por un salto de agua. Este forcejeo explicaría los restos de sangre encontrados en la zona desde la que cayó la langreana. El entreguino no reconoció que existiera una relación amorosa entre ambos, pero la hermana de la víctima lo identificó como su amante -Hernández está casado y tiene hijos.

«Existe un secreto de sumario», indicó Pablo Acosta, «que es necesario respetar, porque se sigue investigando». El abogado del entreguino señaló también que su defendido se encuentra «intentando hacer una vida normal. Es difícil conseguirlo porque, al ser el único detenido, lo han estigmatizado», dando por sentado que «es culpable, cuando desde el principio él se ha declarado inocente en todo momento».

El abogado de la familia de la víctima, Manuel Antonio Fernández Álvarez, anunció ayer que se presentarán «como acusación particular». Viajará hasta Motril -es el Juzgado número uno de esta localidad el que investiga el caso- acompañado de familiares el próximo día 13. «Ese día hablaremos con el juez, que nos pondrá al tanto del caso y de las diligencias que se vienen llevando a cabo. Se comentarán cosas muy importantes», indicó Fernández Álvarez. «Por el momento», señaló el jurista, «no se puede adelantar nada más, porque hay secreto de sumario».

Antes de irse a vivir a Granada, Miguel Hernández trabajó como conductor de la empresa de autobuses Alcotán.

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