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Juan Carlos Garvayo: "La música contemporánea es un salto al vacío"

Juan Carlos Garvayo: "La música contemporánea es un salto al vacío"

GRANADA HOY.- Juan Carlos Garvayo llega al Festival de Granada desde Motril, pero lo hace dando un rodeo que abarca prácticamente el mundo entero. Estudios en Norteamérica, conciertos en Moscú, Venecia o Buenos Aires, y su labor solista con conjuntos como la Deutsches Symphonie Orchester, la Sinfónica de Santa Fe o la Nacional de Lituania, lo han convertido en uno de los pianistas españoles más activos y mejor preparados en la interpretación de música contemporánea.   

-¿Para llegar al Festival de Granada hacía falta ese camino?

-Es que yo no siento que esté llegando a ningún lado, vengo a tocar un programa como a otro sitio, aunque pueda resultar frío. Sin duda que este Festival es de los mejores de Europa pero son cosas que no son me planteo, y creo que ese sentimentalismo es un poco peligroso porque te despista de las cosas importantes: la partitura y la interpretación. Si pienso cuando era niño y venía a los festivales, no me lo planteaba ¿estaré un día ahí?, disfrutaba y disfruto con la música y voy de un sitio a otro, estar aquí hoy y mañana en otro. Esa es la vida del músico. Ahora he tenido la fortuna de recalar aquí en Granada pero el mismo programa lo hago en Cádiz, Úbeda, Donostia, Bilbao…

-Es un músico completo: interpreta, dirige, graba -más de diez discos sólo en lo que va de año-, incluso ha dado pasos en la composición, el último la banda sonora de la película ’Vidas pequeñas’, de próximo estreno.

-Soy un músico omnívoro, todo terreno, pero porque me encanta la música y no puedo estar sin ella, necesito tocar, es vital, no sé estar de vacaciones sin música. Tocar  el piano es lo más inmediato, te da esa sensación sensual de que casi la agarras, pero todas las demás cosas relacionadas con la música también, por eso fundé el Trío Arbós, trabajo en el Ensemble Residencia, grabo discos.   

-¿Es más difícil el camino de un intérprete de música contemporánea?

-Ese repertorio actual ha sido siempre para mí una vocación,  siempre me atrajo ese mundo, era la música que quería tocar. Lógicamente tengo formación clásica pero siempre quiero ir más allá, me cohíbe un solo estilo, y la música contemporánea es muy variada, porque es experimentación, y eso me atrae muchísimo, cada obra es un mundo que me fascina, un misterio. No creo que sea más difícil que tocar hoy bien Mozart o Chopin, porque ha habido tantos intérpretes que la comparación es inevitable. Todo tiene ventajas y desventajas.

-¿Cómo ve el lugar de la música contemporánea en el Festival?

--Con naturalidad, con normalidad. Los recitales monográficos tal vez no son recomendables para un Festival tan heterogéneo, con tantas música distintas, mejor dar un abanico. Pero debe estar presente porque está presente en la música, y no se puede ignorar y mirar a otro lado. A pesar de los prejuicios, la creación contemporánea es muy válida, aunque no toda es buena. Es un salto al vacío, y yo me tiro, a ver qué pasa, porque también hay mucha música mala que tienes que tocar, para ir desechándola y no tocar nunca más, pero hay que mostrarla. Me parece impensable no hacer ese repertorio, y luego tener a los compositores cerca y trabajar con ellos en la sombra, como en este recital y poder preguntar o comentar la partitura, es un privilegio, es estar presente en el proceso creativo.

-¿Y el concierto de esta noche?

-Son casi dos horas de música con doce compositores contemporáneos, lo he estado grabando estos días en la Facultad de Medicina y ha sido extenuante. Hay que decir que el Patio de los Arrayanes donde se va a celebrar está poco acostumbrado a este repertorio, pero creo que es un panorama muy bien escogido de la música actual en España. Espero que la gente venga con mentalidad abierta, porque no es un recital habitual. Las distintas tendencias de la música contemporánea están muy bien representadas, hay de todo. Por ejemplo una pieza muy flamenca de Sotelo, con un estilo hipercomplejo y una estructura pianística perfecta. Lo mismo sucede con la pieza de Héctor Parra, que tiene  esa vibración nerviosa de la música de Albéniz. Luego hay composiciones más dentro de una línea tradicional como la de Pilar Jurado, o Zulema de la Cruz, dentro de un neonaif musical de inspiración canaria, o Turina que hace una pieza sorprendentemente tradicional pero muy personal, con giros de armonías tradicionales leonesas. Es una variedad que está muy bien".

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