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Un juzgado de Motril condena a un hombre a un año y ocho meses de cárcel por un presunto homicidio imprudente

Un juzgado de Motril ha condenado a un hombre a un año y ocho meses de prisión por un delito de homicidio imprudente, al no cortar el suministro de una línea eléctrica de baja tensión que iba a ser reparada en su finca, lo que provocó la muerte del trabajador que iba a arreglarla.

La sentencia, a la que tuvo acceso la prensa, condena igualmente al acusado, J.G.C., vecino de Carchuna, a indemnizar con 101.444 euros a la esposa y los tres hijos de la víctima, y con 16.907 euros más a cada uno de los hijos.

Los hechos se remontan al 10 de junio de 1999, cuando el acusado exigió a A.M.G. que trabajara como medianero y jardinero en su finca, donde al día siguiente debía arreglar un cable de tendido eléctrico que se encontraba en mal estado.

Según la sentencia, el acusado sabía que la víctima no tenía cualificación profesional para el trabajo que le encomendó, que además carecía de "cualquier medida de seguridad".

El acusado era el encargado de cortar la corriente eléctrica mientras se realizaba la operación, al ser él quien disponía de la llave de la caseta donde estaban los mandos del corte de baja tensión.

Al día siguiente, la víctima subió al poste eléctrico para realizar la reparación y sufrió una descarga que le produjo la muerte instantánea, dado que el acusado no había cortado previamente la corriente eléctrica.

El Ministerio fiscal había solicitado para el acusado la pena de dos años y seis meses de prisión por el delito de homicidio imprudente, así como que indemnizara con 72.121 a la esposa y con 18.030 euros a cada uno de sus hijos.

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