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Salud desarrolla una estrategia para reforzar la seguridad de los pacientes en la sanidad pública

Salud desarrolla una estrategia para reforzar la seguridad de los pacientes en la sanidad pública

La Consejería de Salud va a reforzar las garantías a los ciudadanos con la puesta en marcha de una novedosa estrategia dirigida a incrementar la seguridad de los pacientes a su paso por el sistema sanitario público. Esta iniciativa, que supondrá una inversión de tres millones de euros, persigue identificar aquellos aspectos de la atención sanitaria susceptibles de registrar efectos adversos, con el fin de articular las soluciones que minimicen esa posibilidad de riesgo e implicar a los profesionales sanitarios para generalizar las mejores prácticas asistenciales en el sistema.

La consejera de Salud, María Jesús Montero, ha presentado esta nueva estrategia, que se organiza en 24 objetivos con varias líneas de trabajo relacionadas con la gestión de los recursos, la formación de los profesionales o los sistemas de información. El objetivo fundamental es crear una cultura nueva alrededor de los temas de seguridad clínica, en el marco de la Alianza por la Seguridad de los Pacientes propugnada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y siguiendo las directrices del II Plan de Calidad de la Consejería de Salud, así como del Plan de Calidad del Ministerio de Sanidad.

En el ámbito del sistema sanitario público andaluz, la incidencia de efectos adversos ligados a la hospitalización es del 6,93%. El mayor número de casos suele producirse durante los cuidados en la hospitalización (38,35% del total) y el procedimiento quirúrgico (33%). Asimismo, el 53% de los casos conlleva que se prolongue la estancia hospitalaria, un 39,6% causa algún tipo de incapacidad y únicamente un 25,6% puede ser evitable.

Estos indicadores sitúan a Andalucía en mejores niveles que la media internacional, que registra una tasa de efectos adversos de entre un 3 y un 16,6% de media, con unos índices de errores evitables situados entre un 40 y un 50%.

Dentro de la nueva estrategia que se pondrá en marcha en Andalucía, destaca la creación de un Observatorio de Seguridad de los Pacientes, el primero de este tipo en todo el Estado, que recabará información sobre esta materia a nivel nacional e internacional y la difundirá entre los profesionales.

Este observatorio, que realizará una labor básica de coordinación, tendrá adscrito un sistema de notificación de efectos adversos, en el que los profesionales, pacientes y cuidadoras podrán dejar constancia, de forma anónima, de los incidentes que se detecten. Esta notificación se realizará por vía telemática, y permitirá registrar posibles efectos adversos para que no vuelvan a producirse.

En paralelo a este observatorio, se va a promover la elaboración de protocolos comunes en aquellas áreas más sensibles a los efectos adversos, como el proceso quirúrgico o los medicamentos, con el fin de que los expertos revisen y consensúen qué elementos y cuestiones hay que tener en cuenta.

La nueva estrategia contempla también que cada centro cuente con un plan de seguridad específico, con objetivos evaluables, así como la incorporación de este enfoque a todos los mecanismos de gestión sanitaria y a todo el circuito de atención al ciudadano (promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación).

Junto a estas medidas de carácter general, esta nueva iniciativa permitirá articular actuaciones concretas en algunas cuestiones que entrañan mayor posibilidad de riesgos. Una de estas medidas consistirá en homogeneizar los sistemas de identificación de los pacientes adultos durante su ingreso hospitalario, priorizando a aquellos colectivos más vulnerables y cuya situación particular hay que tener en cuenta (mayores, pacientes con trastornos neurodegenerativos o trastornos de movilidad, oncológicos, alérgicos, personas con problemas de nutrición, sometidas a diálisis, etc.).

Asimismo, se extenderá a todo el ámbito de la atención primaria el uso de una solución hidroalcohólica para la correcta higiene de las manos, una práctica que ya se aplica en atención especializada y que permite reducir la posibilidad de contagio en las consultas. Precisamente, para promover también la seguridad en atención primaria, Salud va a impulsar una línea prioritaria de investigación en este nivel asistencial para identificar las áreas de mejora en los centros de salud y en la atención a domicilio.

Con objeto de lograr unos buenos resultados en esta estrategia integral, se va a potenciar también la formación de los profesionales sanitarios para hacer frente a estas situaciones. En este sentido, tanto la Escuela Andaluza de Salud Pública como la Fundación Iavante van a organizar cursos de formación, que en un principio se dirigirán a grupos reducidos para que estas personas actúen, a su vez, como formadores de otros profesionales.

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