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Níspola de Oro para el alcalde de la población catalana de Calonge

Níspola de Oro para el alcalde de la población catalana de Calonge

El alcalde de Otívar, José Cambil Rodríguez hizo entrega a su homólogo de Calonge (Gerona), Jordi Soler i Casals, de la Níspola de Oro "por el apoyo al hermanamiento entre ambos pueblos y convertirse en el mejor embajador de la localidad de Otívar en Cataluña".

El alcalde de Calonge, tras recibir el galardón, manifestó que "es un orgullo y un honor inmenso que llevaré en el corazón con el compromiso de ser un digno embajador allí donde vaya".

Ambos regidores apostaron, si renuevan en el cargo, por "consolidar el hermanamiento" entre ambos pueblos que se llevó a cabo el pasado mes de diciembre en la localidad otiveña y en marzo, en tierras catalanas.

El acto de entrega del galardón en el marco de la VI Fiesta de la Níspola y ante cientos de vecinos y visitantes que llenaban el salón Blas Infante de Otívar

La Fiestas de la Níspola, que pretende ser de interés turístico y desarrollo de la comarca de río Verde, reunió entorno a dos mil personas cumpliendo así las previsiones que tenía el Ayuntamiento, organizador del evento que ha contado con el apoyo de Diputación Provincial, la Consejería y el Ministerio de Agricultura, así como la Asociación Aprovalle Templo Costa Interior.

CARACTERISTAS DE CALONGE

Este municipio de 8.200 habitantes, está formado por: el pueblo de Calonge por una parte, y el núcleo costero de St. Antoni por otra, los cuales deberían ser vistos por el visitante para poder conocer esta población al completo y descubrir con ella los principales tesoros del Empordà. Comenzamos el día visitando la parte de la costa, St. Antoni, empezando por la playa de Es Monestri, que enlaza las playas de Palamós con las de St. Antoni. Si continuamos, observaremos la playa de Sant Antoni, con sus característicos espigones.

Desde aquí, cruzando el puente sobre la riera de Calonge, llegaremos a la conocida playa de Torre Valentina, donde encontramos su torre Medieval (que fue construida como sistema de defensa contra la piratería, junto a otras 2 torres de vigilancia: Torre del Baró y Torre del Mal Us). Desde aquí, en dirección a Platja d’Aro, llegamos al Camino de Ronda, uno de los mejores lugares para pasear de la Costa Brava, pasando por diferentes calas, entre ellas la Cala del Racó dels Homes, la Cala Rocosa, Cala Morta... que se deberían descubrir, una a una, para poder disfrutar totalmente de su belleza.

Dedicaremos un poco de nuestro tiempo para caminar tranquilamente por su paseo marítimo, el más largo de la Costa Brava, donde se puede encontrar todo lo que se necesita para completar un buen día de vacaciones, con diversidad de restaurantes, bares y tiendas. Nos acercaremos a la parte de la Villa de Calonge, con un sugerente patrimonio arquitectónico, concentrado en el núcleo antiguo, digno de ver.

Empezamos el recorrido por la plaza de la Concordia, donde encontramos un área de servicios como el Ayuntamiento, Policía,... Dejando esta plaza, seguimos por la calle de la Rutlla, zona comercial. Por la misma zona, veremos la Iglesia de San Martí (de estilo Barroco, del S.XVIII), punto importante del pueblo. La mayoría de la actividad se concentra en la Plaza Mayor, por donde encontraremos una de las mayores fortalezas del Baix Empordà, el Castillo Medieval (fundado por los Condes de Girona), a partir del que se construyó el pueblo. En él podremos vivir de nuevo la época medieval.

Actualmente es el centro de la actividad cultural, donde se realizan festivales de música, el mercado medieval de Semana Santa, pesebres vivientes en Navidad... Aparte de estos monumentos históricos, podemos visitar los importantes Dólmenes y Menhires del municipio, como el Dolmen de Puigsesforques, o el Poblado Pre-romano de Castell Barri, uno de los yacimientos más importantes de la época. Por lo tanto, en una ruta completa por el municipio, disfrutaremos de sus bosques, los dólmenes, las playas y los monumentos históricos, siempre con tiempo de relajarnos con un helado o un refresco en el paseo, observando el mar, o, simplemente, unas compras en las tiendas del pueblo, y pasar así un deseado y tranquilo día de vacaciones.

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