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XX Edición de Jazz en la Costa

XX Edición de Jazz en la Costa

El Festival cumple veinte ediciones reforzando su posición como el evento más importante de este género en todo el litoral andaluz. Jazz en la Costa, prolongación del que tiene lugar en Granada en el mes de noviembre, goza de un puesto privilegiado en Andalucía y es uno de los encuentros internacionales de jazz más veteranos de España.

El jazz nació del sincretismo musical entre África y Europa. Situado en la zona más meridional del continente europeo, con un escenario que mira de frente a África, rodeado de una impresionante vegetación y un entorno patrimonial histórico, bajo una fortaleza árabe y junto a ruinas fenicias, Jazz en la Costa goza del atractivo que proporciona la cercanía al mar y la exuberante vegetación de la Costa Tropical. Clima y paisaje favorecen la fusión de esta música con otros géneros igualmente mestizos. La historia ya larga del festival deja una huella indeleble de nombres y músicas. Del Mediterráneo al Caribe cubano y brasileño, desde Nueva Orleáns hasta Cádiz, por el escenario de El Majuelo han pasado figuras de la talla de Paquito D`Rivera, Danilo Pérez, Rosa Passos, Branford Marsalis, Tete Montoliú, Kenny Barron, Bill Frisell, Dave Holland o Chano Domínguez.

El saxo, protagonista

Uno de los instrumentos más representativos del jazz es el saxofón. Si hubiera que resaltar algo en el cartel de este año, quizá descubramos que el posible protagonista sea, precisamente, el SAXO, con mayúsculas. Por Almuñécar pasarán saxofonistas, de distintas generaciones y procedencias: Bill Evans (que tocó con el último Miles Davis), Eric Marienthal (memorable fue su paso por las Chick Corea electric y acoustic bands), David Murray (el mejor continuador del estilo de Albert Ayler), Oliver Lake (esencia viva del blues en el freejazz), Benny Golson y Johnny Griffin figuras legendarias que rendirán homenaje al gigante del saxo John Coltrane, Don Byron (descubriremos la faceta como saxofonista de un maestro del clarinete) y, para terminar, no hay mejor cierre que la presentación del trío de Joshua Redman, artista indiscutible de una generación de saxofonistas de técnica asombrosa cuyo estilo se sitúa entre la tradición y la vanguardia.

Programa

La programación nos descubrirá encuentros diferentes pero con elementos comunes. Así, en el proyecto Reunión, que abre el festival el viernes 13, se dan cita nombres ineludibles en el jazz fusión contemporaneo. Superada la barrera seminal del jazz-rock de los setenta, con esta propuesta de formato variable dedicada al directo, el jazz-fusion rinde cuentas al presente con un proyecto de calidad incuestionable. Liderado por Jim Beard, Reunion cuenta con la participación de nombres de altura como Eric Marienthal, Chuck Loeb, Tim Lefebvre y Dennis Chambers. Enfoque coral parecido pero muy distinto es el encuentro de músicas que nos trae la alegría de los tanguillos de Cádiz, los sones de Cuba, la tristeza porteña del tango, la africaniedad del carombé con el quinteto del uruguayo Carlos Carli, formación integrada por el argentino Diego Urcola y los españoles Javier Colina, José Reinoso y Jaime Muela, sábado 14.

Mike Mainieri y Steps Ahead celebrarán su treinta aniversario con una gira que llega a Almuñécar el domingo 15. Afamado vibrafonista, Mainieri es también productor, arreglista, compositor e intérprete que ha compartido escenario con artistas tan variopintos como Billie Holliday, Coleman Hawkins, Dizzie Gillespie hasta Frank Zappa, Dire Straits o el mismísimo Jimy Hendricks. Junto a Manieri: Bryan Baker, Itienne Mbappe, Steve Smith y el saxofonista Bill Evans que jugó un papel importante en la banda de Miles Davis y en la reconstituida Mahavishnu Orquestra con John McLaughlin.

Magnus Broo, Fredrik Ljungkvist, Havard Wiik, Ingebrigt Haker Flaten, y Paal Nilssen-Love conforman la banda escandinava Atomic, que presentará su último disco Happy New Ears. Con una contundente y explosiva puesta en escena, son admirados por su perfecta compenetración, precisión rítmica y su jazz vanguardista. Lunes 16.

El funk, el blues sureño y el soul-rap serán otros estilos que dominarán el escenario de la mano de dos potentes agrupaciones: el martes 17, con World Saxophone Quartet, sonido rebelde y letras comprometedoras que fusionan rap, funk y blues tradicional y cuyos cuatro saxofonistas: David Murray, Oliver Lake, Hamiet Bluiett y Toni Kofi se hacen acompañar de invitados de lujo: Jamalaadeen Tacuma al bajo, y Lee Pearson a la percusión; y el viernes 20 con Don Byron, virtuoso clarinetista, saxofonista, compositor, arreglista, profesor, artista ecléctico que vuelve a Jazz en la Costa con un excelente grupo que rinde homenaje a una leyenda del soul y saxofonista imprescindible de la Motown en los años 60, Junior Walker.

La noruega Rebekka Bakken, intérprete y compositora en la mejor línea de Joni Mitchel o Sting, es una de las nuevas voces del jazz, cuyo lirismo y sensualidad se desenvuelven entre el soul-pop, folk-rock y el blues. Miércoles, 18.

Si hay un músico que tuviéramos que elegir para representar el jazz del siglo XXI sería el saxofonista y compositor Joshua Redman. Apariciones en películas como Kansas City de Robert Altman, la autoría de la banda original de Vanya on 42nd Street de Louis Malle o algunos de los filmes de Clint Eastwood como Garden of Good and Evil o Space Cowboy, colaboraciones con Pat Metheny, Steve Wonder, Charlie Haden, Herbie Hancock o Billy Higgin…lo consolidan como unos de los mejores músicos de la actualidad, en el que parece confluir toda la historia del saxo tenor. Sábado, 21.

Pasado y presente

Cumpliendo con su denominación de origen, si Jazz en La Costa marca diferencias respecto a otros festivales veraniegos (que siguen la fórmula millonaria de Montreux) es porque dentro de sus limitaciones intenta ofrecer un programa de calidad eminentemente jazzístico. El jazz de hoy y de ayer sonará en la costa granadina dando muestras de una vitalidad y una calidad históricas contrastadas. Las señas de identidad de este género centenario, plural y en constante avance estarán más presentes que nunca sobre el escenario de Jazz en la Costa de Almuñécar. Esta vigésima edición pretende hacer un sentido y riguroso homenaje a esta música y al mismo tiempo celebrar una fecha cargada, para todos los aficionados que lo han apoyado a los largo de estos años, de momentos musicales irrepetibles.

 

Más información

13 de julio

REUNIÓN

Chuck Loeb, Till Brönner, Eric Marienthal, Jim Beard, Tim Lefebrvre y Dennis Chambers

Creada como una plataforma que varía sus componentes bajo una dirección estable (Jim Beard), Reunion acoge a grandes músicos (la nómina es impresionante) con planteamientos sobre un jazz que usa recursos eléctricos y acústicos y una base sólida de improvisación como vehículo expresivo e irrepetible. Pocas referencias se pueden establecer acerca de un proyecto que se argumenta uniendo personalidades y experiencias, no por afines menos independientes, que no dejan señales registradas en disco. Ya aparecerán. Esto tiene una intención que refuerza la frescura del directo, basada en la confrontación de estilos y en la creatividad en vivo. La calidad de una plantilla de estas características, en cierto modo básica en cuanto a que es un quinteto "clásico" más guitarra, se materializa en unos sonidos de jazz-fusion cuya heterogeneidad está no sólo asegurada sino actualizada. De Jim Beard, teclista y organizador de este esquema, habría mucho que decir, de su personal cruzada por unir tradición y tecnología. La profusión de recursos electrónicos y un criterio que se bifurca entre lo comercial y un resultado homogéneo e integrado, hacen de Beard un referente en la tan mal llevada dialéctica jazz-electrónica. Destacar sus proyectos en solitario Lost at the carnaval (1994) y Advocate (1999) y su ambición orquestal en el tratamiento de fuentes de sonido. Como sideman, hay que reseñar su participación con el Pat Metheny Group en Secret story (disco y gira) y junto al recién fallecido Michael Brecker en Now you see, now you don`t. Enfoque electroacústico con raigambre en la tradición del jazz-rock pero llevado hacia el funk por tendencias de estilo propio y ambición visionaria.

14 de julio

CARLOS CARLI QUINTET
con Diego Urcola, Javier Colina, José Reinoso y Jaime Muela

Un encuentro de las características culturales que propone este concierto es como mínimo, una aventura. Mas no una aventura sin historia. Cuando hoy se habla de lo latino a veces se pierde el sentido etimológico de la palabra. Es bueno que esto suceda: hoy algo o alguien latino podría ser de Catania, Barcelona, Cádiz, Montevideo, Salvador de Bahia, Buenos Aires, La Habana, Nueva York… Una lengua para muchas culturas. La aventura del jazz latino, como el propio término, nace en el Mediterráneo para extenderse por el Atlántico. Es una aventura y una pasión. Un sentimiento que mezcla, en la experiencia vital, efusividad, cercanía y la nostalgia del vivir. Esto es lo latino, la alegría de los tanguillos de Cádiz, los sones de Santiago de Cuba, pasando por la tristeza porteña del tango (que es existencial), la africanidad del candombé uruguayo o el cosmopolitismo del latinjazz neoyorquino. Vivir y trasmitir lo vivido. Los músicos que ha reunido el baterista Carlos Carli (uruguayo de nacimiento y español de adopción tras 30 años instalado en España) hacen posible este viaje por una latinidad veraz por popular. Maestro silencioso, como todos los grandes maestros, Carlos Carli ha colaborado con otros grandes del jazz: Pat Metheny, Paquito D`Rivera, Lou Bennet, Claudio Roditi, Chuck Loeb, Steve Turre... Ayudó a acuñar el término "Jóvenes flamencos" junto a Jorge Pardo y Carles Benavent allá por 1982 en el festival de jazz de Belgrado. Músico apadrinado por Paquito D’Rivera, el trompetista Diego Urcola es el puente entre el nuevo tango, los sonidos cálidos caribeños y el jazz de Nueva York. Piazzolla, jazz afrocubano y melodías populares arropan a un sonido que recuerda a barrio viejo y respira calor caribeño. Y qué decir del contrabajista Javier Colina, que sigue indagando en su naturaleza de músico integral y políglota. Mejor que lo diga Santiago Auserón: " Es de esos que han dado un salto por encima de la fusión, a la vez hacia delante y hacia atrás, recuperando estándares clásicos del jazz y naturalizando en su fraseo el repertorio de be-bop, las claves afroamericanas, el flamenco y la tradición lírica española". Más que un encuentro, esto es esencia de viajes con historia.

15 de julio
MIKE MAINIERI & STEPS AHEAD
30TH Anniversary tour

Miles Davis empezó a escribir un guión sin fin ni retorno con su álbum Bitches Brew (1969-70). En este trabajo el sentido de la fusión provocaría un impulso en el jazz que le haría ramificarse más allá de su identidad y de la propia obra seminal de Davis. Las implicaciones estilísticas influidas por el rock e incluso las instrumentales, hasta entonces fundamentalmente acústicas, darían un salto al timbre electrónico. Mike Mainieri, músico precoz dotado de un talento especial para la armonía y la politonolidad, conoció a mediados de los sesenta a músicos afines a su ideario como Randy Brecker, Larry Coryell y Joe Beck. Poco después renovó el sonido de su vibráfono con un sistema de amplificación como Miles hiciera en su trompeta añadiendo una cámara de eco. Su "synthivibe" fue concebido el mismo año que se materializó el revolucionario Bitches Brew. El neoyorquino enfiló los años setenta con el grupo Image, que ya incluía a Steve Gadd. En 1981 funda Steps Ahead junto a Gadd, Mike Brecker y Eddie Gomez, ampliado después a Omar Hakim, Gomez y Bob Mintzer. La historia de Bill Evans, de una generación posterior, tendría no pocos puntos comunes con la de Mainieri, también condicionada por la estela del Miles eléctrico. Poco después de Bitches Brew nacerían nuevos grupos liderados por músicos que formaron parte de este proyecto fronterizo e histórico (Joe Zawinul y Wayne Shorter en Weather Report, Herbie Hancock con Headhunters, Chick Corea y Return to forever, John Mc Laughlin y la Mahavishnu Orchestra). Miles siempre buscó a músicos jóvenes que tuvieran algo nuevo que decir. Como ya había participado en la Mahavishnu de McLaughlin, el hecho de que Bill Evans ocupara, en cierto modo, el puesto de Wayne Shorter en proyectos de Miles Davis durante los ochenta, es el caso de The man in the horn (1981), We want miles (1982) o Decoy (1984), no debería extrañarnos. En los años noventa, Bill Evans (con el peso a sus espaldas de un nombre y un mentor históricos en el jazz) se aventuró en terrenos que unían el jazz con el funk y el hip hop (Push, 1993), camino que dejara señalado Miles Davis en su testamento discográfico Doo-Bop. Randy Brecker-Bill Evans Soulbop band visitaron Jazz en la Costa en 2003. Ahora Mike Mainieri y él, celebran el 30 aniversario de Steps Ahead.

16 de julio

ATOMIC

En la primavera de 1999, cinco músicos de Noruega y Suecia se reúnen para formar Atomic. Su fichaje por el sello Jazzland Records, del teclista y compositor Bugge Wesseltoft, impulsor del Nu jazz (jazz perfumado de ambiente electrónico y ritmos funk), supuso una propuesta acústica aislada dentro del catálogo de esta casa. A día de hoy, y tras referencias como Feet music (2001), Boom Boom (03) y Happy New ears! (06), Atomic se configura como la apuesta más segura y menos pasajera de dicho sello; y siguen trabajando en acústico. El quinteto escandinavo (Magnus Broo, trompeta, Fredrik Ljungkvist, saxo alto y tenor, clarinete, Havard Wiik, piano, Ingebrigt Haker Flaten, bajo, y Paal Nilssen-Love, batería) desarrolla un estilo en consonancia con la estética de Ken Vandermark y sus proyectos desde Chicago. Un planteamiento contemporáneo que se significa bajo el término post- free-bop, es decir, unión de patrones evolucionados del free jazz de los 60 y 70 hacia el rock (post free), vertebrando la energía desplegada propia de este género en patrones veloces de bop. Sonidos que chocan, intensidades fluctuantes, figuras en suspensión atonal y vigor rítmico. Compacta y orgánica, contundente y expresiva, Atomic es una formación abierta a influencias tan distintas como Ornette Coleman, Anthony Braxton, John Coltrane, Morton Feldman o Radiohead.

17 de julio

WORLD SAXOPHONE QUARTET
David Murray, Oliver Lake, Hamiet Bluiett, Tony Kofi, Jamaaladeen Tacuma y Lee Pearson.

El último legado de Beethoven abrió un universo nuevo para la música occidental venidera. La academia contemporánea tomó como plataforma de creación los cuartetos de cuerda. El jazz –definido por analogía como "la música culta afroamericana"-, por medio de esta formación histórica creada en 1977, hizo lo propio con el saxo, ¿con que otro instrumento sino? El World Saxophone Quartet (WSQ), que acudirá a Jazz en la Costa cumpliendo 30 años sin celebrarlo y con tres de sus cuartas partes fundacionales: David Murray, Oliver Lake y Hamiet Bluiett, falta el desaparecido Julius Hemphill, denuncia y crea valiéndose de música, voces y muchas ideas frescas. Como en la década convulsa de los 60, este grupo tiñe de manifiesto estético y de compromiso político fundamentos musicales fuertemente enraizados en la cultura negroamericana, señalando sin tapujos a su actual gobierno:

Traigo los blues de la política/Me harto de escucharlos cada día/Traigo los blues de la política/el país está en otra guerra/Katrina rompió el dique este día/(…)/ hoy los damnificados llaman a mi puerta…

Así comienza el nuevo trabajo del WSQ. En Almuñécar, el veterano grupo de la vanguardia postfree, no muy alejado de los principios panafricanos (el vocablo World) de la AACM o del Art Ensemble of Chicago, presentará Political blues, donde una música insurgente, entre lo viejo y lo nuevo, adopta formas arcaicas de fanfarria (metales, voz y percusión, en espirituales, blues de Nueva Orleáns y uso de instrumentos ancestrales como el didjeridoo) e introduce con decisión e inventiva, en el léxico de la música popular afroamericana derivada del blues, estilos como el funk. Mensajes políticos, voces de blues antiguo elevados a la protesta por la discursividad del rap, el predicamento y el empuje de saxos se completan con una base rítmica sólida y enérgica (Jamaladeen Tacuma al bajo y Lee Pearson a la batería). El WSQ despliega un discurso henchido de negritud, de belleza arrebatadora y contagiosa, que se expresa en libertad. Exaltación de tonos azulados y profundos, agitación sonora y fervor rítmico. El lirismo abrasivo y el compromiso racial del World Saxophone Quartet ya está aquí. Todos los caminos conducen al blues, político si hace falta.

18 de julio

REBEKKA BAKKEN

Como una voz primaveral arropada por la nieve, allá lejos, cerca del Ártico, nació Rebekka Bakken. Su alegre cantar llenaba un hogar familiar situado en un pueblo de Noruega cercano a Oslo. Los estudios previos le llevaron a la filosofía y la economía política, no a la música. En la competitiva Nueva York, donde se instaló con 24 años, descubrió que si quería dedicarse a esto debía esforzarse. Tras años de experiencia, volvió a Europa para estudiar composición y violín. Ya por entonces, y de forma autodidacta, tocaba el piano, lo que le permitía acompañarse en la voz a la vez que componer. Ahora vive en Viena. Allí empezó a materializar en disco su carrera jazzística por todo lo alto en dos proyectos (Daily Mirrow) liderados por el exquisito guitarrista austriaco Wolfang Muthspiel. Después colaboró con el trío de la pianista Julia Hülsmann en Scattering poems. Su debut llega en 2003 con The art of how to fall en la multinacional Universal. Su dos últimas entregas son Is that you? y I keep my cool, donde consolida un discurso sin referencias directas a la tradición del jazz vocal, pero con andamios instrumentales basados en este género. Rebekka Bakken se desenvuelve en un terreno ligero, deudor de Sting y Joni Mitchell, para el que se vale de músicos de jazz y un enfoque de canción ligera entre soul-pop, folk-rock y gospel-blues.

19 de julio

BENNY GOLSON & JOHNNY GRIFFIN QUINTET
Tributo a John Coltrane

El jazz siempre esperará otro Charlie Parker, otro Coltrane… ¿Es posible? No, no es posible. La misma esencia del jazz alimenta una personalidad y estilo únicos. ¿Entonces? Es un deseo expresado en voz alta, es como decir que se espera a que un nuevo autor arrase con su universo sonoro, que llene todo el vacío dejado tras de sí por músicos como Coltrane. ¿Y mientras? No queda un vacío, queda una obra y una misión: asumir y hacer avanzar el legado en una búsqueda personal de uno mismo, como una lista innumerable de músicos han hecho después. Es un gigante humilde que rompió el lenguaje y la forma introduciendo el misticismo en el jazz. Hay que recuperarlo y avivar su memoria siempre, como se hace con Ellington o Monk. Rememorar a esos influyentes creadores en sentidos homenajes es un vehículo que conecta el presente con el legado. Esta es la propuesta que une a Benny Golson (estuvo en el festival de Granada en 2004 con la Big Band de la ciudad) y Johnny Griffin, en un tributo al genio de Coltrane realizado por dos leyendas del fecundo jazz de los años 50. Valedores de la corriente principal incorporada por el hard bop, su visión sobre Coltrane se basará en su primera época creativa, un periodo en el que ejerció este estilo. Dos leyendas resucitando a otra. Coltrane por quienes lo conocieron.

20 de julio

DON BYRON
Plays Junior Walker

La música de Don Byron surge de la intersección de diversas tradiciones y estilos, tantos como su barrio neoyorquino del Bronx. Salvo geniales excepciones dedicadas al género musical judío klezmer, la música afrocubana y el jazz clásico de los años 30, sus proyectos atienden a discursos sin conexión argumental aparente. El clarinetista disfruta, con humor, ejerciendo esa función polémica e indagadora que establece inusuales e inverosímiles relaciones entre alta cultura y cultura popular (un reciente espectáculo suyo compilaba piezas de los 60 compuestas por Mancini, Earth Wind and Fire, Stravinsky, Herb Albert y Sly Stone). Sus colaboraciones más destacadas le unieron a Bill Frisell, Cassandra Wilson, Steve Coleman, Marc Ribot, Medeski, Martin and Wood y al escritor y cineasta Paul Auster. Su concierto de Almuñécar 2003, que recuperaba su proyecto sobre música afrocubana en You are # 6, demostró la extraordinaria calidad y frescura de sus directos. Todas las facetas de Don Byron (la de clarinetista multipremiado en Down Beat y también hoy descubriremos al saxofonista) nos conducen a una personal y actual visión del funk de Junior Walker. Jazz contemporáneo de calidad y sin prejuicios.

21 de julio

THE JOSHUA REDMAN TRIO

En una entrevista concedida a la revista Cuadernos de Jazz en 1996, en la cumbre de su reconocimiento como uno de los nuevos valores de esa década, Joshua Redman decía sobre lo que él entiende que es jazz: "Es una forma de manifestar las emociones de manera espontánea. Por eso la melodía es tan importante en el jazz, porque en ella se contiene la historia que se cuenta". Además afirmaba: "Lo que importa es la emoción, no la técnica". Lo dice un músico dotado de cualidades técnicas fuera de lo común y un estudiante que se licenció suma cum laude en leyes por Harvard. Con 22 años se dedicó profesionalmente al jazz: "No toco el saxo por mi padre (el recientemente fallecido Dewey Redman, compañero en la vanguardia de Ornette Coleman y Keith Jarrett), lo toco porque su sonido me fascinó a los 10 años". Eran las voces de John Coltrane, Dexter Gordon y Sonny Rollins, "sobre todo Rollins", las que le llamaban. En 1991 gana el prestigioso Thelonius Monk Internacional Saxophone Competition. A partir de entonces, el músico es uno de los más solicitados. Tras un aplaudido debut de título homónimo, Joshua Redman (1992), la consagración le llegó con el siguiente trabajo. En Wish (1993), un disco de factura exquisita, clásico y elegante pero a la vez de su tiempo, se hacía acompañar, ahí es nada, de Charlie Haden, Pat Metheny y Billy Higgins. Posteriormente, su talento ha brillado en trabajos como Timeles Tales (sobre estándares, 1998), Spirit of the moment (desde el Village Vanguard, 1995) y como ejemplo compositivo (quizá su terreno más débil) destaca Mood swing (1994). Considerado uno de los mejores saxofonistas del jazz actual, su cálido y límpido fraseo atesora todo el peso de la tradición y una voluntad renovadora.

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