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La inmigración se reduce a la mitad en Andalucía al buscar otras rutas alternativas

La inmigración se reduce a la mitad en Andalucía al buscar otras rutas alternativas
ABC.- África exporta a España hambre enlatada en cayucos. Las calas andaluzas son las puertas traseras por las que acceden quienes buscan aquí tres comidas diarias y un techo para siempre. Pero no todos logran entrar. A algunos los engulle el Mediterráneo y otros muchos son interceptados por las fuerzas de seguridad antes de tocar tierra. El poder disuasorio que ejercen las fuerzas de seguridad es el factor que explica en parte el descenso del número de extranjeros que se aventura a desafiar el mar y sortear los controles del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE). Desde enero a agosto 1.099 inmigrantes han llegado a las costas andaluzas, prácticamente la mitad que en el mismo período de 2009, cuando llegaron 2.200.
 
La explicación, según entiende la presidenta de Andalucía Acoge, Mamen Castellano, es que la inversión en seguridad ha obligado a la inmigración ilegal a buscar rutas alternativas. Entiende que no es un logro porque al cerrarles las vías de acceso naturales arriesgan aún más sus vidas. El trayecto natural por mar entre África y España apenas tiene 14 kilómetros, pero la vigilancia en el Estrecho motiva que las pateras multipliquen hasta por 20 el número de millas náuticas recorridas para entrar por espacios donde haya menos control.
 
Hacia Granada y Almería
 
Esto explica que de los 1.099 inmigrantes que viajaban a bordo de las 55 pateras que han llegado a Andalucía, 833 hayan escogido las rutas de Granada y Almería, supuestamente menos vigiladas que la gaditana, pero que, como demuestra la cifra de cayucos interceptados, son extremadamente complicadas de burlar. Lo que explica, según señala Castellano, el descenso de inmigrantes en la estadística. Puntualiza, no obstante, que no están contabilizados ni los que mueren ahogados en el mar ni los que consiguen llegar sin caer en manos de las fuerzas de seguridad.
 
De las provincias andaluzas con litoral, en Granada ha desembarcado el mayor contingente de inmigrantes. En concreto, 428 han sido interceptados en 11 pateras en la costa de Motril. El doble ha llegado a las costas de Almería con 405 personas a bordo, mientras que por Cádiz intentaron acceder 214 inmigrantes en 17 pateras. En Málaga, en las 4 pateras interceptadas viajaban 52 personas.
 
En las últimas semanas han desembarcado casi un centenar de inmigrantes en estas cuatro provincias, una cifra elevada respecto a los meses anteriores.
 
«El repunte en agosto es habitual», señala la máxima representante de Andalucía Acoge para explicar el incremento de la llegada de pateras. Durante el octavo mes de 2010, arriba, tradicionalmente, una cifra elevada de pateras a Cabo de Gata, la isla de Alborán o el puerto de Carboneras, Motril, Algeciras, San Fernando y Tarifa, Marbella y Fuengirola.
 
Los 68 últimos que llegaron a Motril fueron conducidos hasta la costa por Salvamento Marítimo, que oficia de lazarillo en alta mar para frenar las tragedias, ahora frecuentes, como el fallecimiento durante el mes pasado de cinco personas, entre ellas dos bebés, que viajaban a bordo de una patera frente a la costa de Motril.
 
Precisamente, ese es el riesgo que acarrea el cerrojazo a la inmigración en el litoral andaluz. Ponerle diques al mar es una tarea imposible, señala Mamen Castellano, quien asegura que su organización cada vez atiende a más inmigrantes, lo que implica que, a pesar de lo que digan los datos oficiales, no cesan de llegar.

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