Jesús Ignacio Fernández y su pasión por el Kayak
Vir Torres.- La mar ha estado presente en su vida desde la infancia cuando se escapaba del colegio, en su Castro Urdiales natal, para esperar la llegada de los barcos pesqueros al puerto santanderino.
Algunos años más tarde y ante la insistencia de aquel chico, los pescadores le permitieron sumarse a la tripulación, en travesías cortas. Ya de adulto continuó con su pasión por la mar siendo buzo profesional. De una forma u otra siempre ha estado ligado a ella.
Jesús Ignacio Fernández ha sido el primer hombre en recorrer la costa española, desde el pirineo catalán hasta el vasco, en solitario y en su kajak. A bordo llevaba todo lo necesario para poder comer, beber y acampar cuando caía la noche. Una playa solitaria, un puerto o cualquier rincón donde poder sacar el kajak del agua y esperar al nuevo amanecer.
Esta épica aventura duró varios meses en los que tuvo que rodear el estrecho de Gibraltar con el intenso tráfico de grandes buques o las mareas vivas y corrientes del mar Cantábrico, con olas de varios metros y vientos muy fuertes, que hubieran dejado en tierra a la mayoría de las personas.
También le dio la oportunidad de conocer gentes de todos los rincones que le acogieron con amabilidad al saber de donde había partido y donde quería llegar.
Su pasión por el kajak no se limita a los viajes por mar, también ha participado en multitud de eventos relacionados con el remo en toda la costa cantábrica y sur de Francia, donde este deporte cuenta con muchos seguidores. Entre sus experiencias en ríos puede contar la bajada del Sella o en un recorrido de 300 km. por el Ebro.
Oír su relato es como leer un libro de aventuras que te mantiene en vilo y, a veces, te corta la respiración. Siempre esperas más porque te engancha al imaginar todo lo que ha vivido.
Tal vez todas estas experiencias le hacen ser una persona centrada porque se conoce muy bien a si mismo, con muchos matices, buen conversador, amante de la música clásica y defensor a ultranza del mar, de la mar, como él siempre la llama. Como profesor de kajak es paciente y divertido, siempre dispuesto a rectificar un fallo con buenas maneras y contagiar su respeto y pasión por la mar a sus alumnos.
Desde hace unos años vive en Salobreña en busca de otro mar distinto al del norte. De vez en cuando echa su kajak al agua, el mismo con el que viajó por los distintos mares españoles, y se recorre la Costa Tropical, no importa si hay olas o sopla poniente, él que ha luchado en aguas bravas y situaciones muy adversas, está acostumbrado a emociones fuertes.
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