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La Catterva y Ferroviaria estrenan ‘La flor de los pétalos marchitos’ este sábado en el Teatro Calderón de Motril

La Catterva y Ferroviaria estrenan ‘La flor de los pétalos marchitos’ este sábado en el Teatro Calderón de Motril a las 19.30 horas con la actuación de la actriz motrileña María Cobos. Un actividad que organiza el Área de Cultura del Ayuntamiento de Motril.

“La flor de los pétalos marchitos es una obra en la que los personajes se sitúan en la frontera que separa la vida de la muerte. Una tierra de nadie donde conviven los vivos con los muertos, el presente con los recuerdos y la memoria. Un juego de verbos para construir unos personajes perdidos y anclados en la angustia. 


El entierro de una niña, corta de raíz toda posibilidad de futuro. La desesperación de una madre, la peligrosa trivialidad de un coronel que juega con la vida de los demás igual que toca un cornetín; la opresión tan agresiva de un sacerdote; la desprotección y miedo de un maestro; la inocencia de un joven soldado y un niño monaguillo formarán el cortejo que los dos sepultureros organizarán como funcionarios de la muerte. 


Una geografía de personajes que, desde lo grotesco, se mueven entre lo cómico y lo amargo, entre el dolor y la paz, trazando una fría sonrisa, incluso una carcajada sin eco para llenar un espacio vacío y eterno.”

Compañía Ferroviaria

Las dos décadas de experiencia que atesora la Compañía Ferroviaria se suman a la ilusión de un grupo de alumnos formados en la ESAD de Murcia y que han adoptado el nombre de Compañía La Catterva para presentar en coproducción la obra La flor de los pétalos marchitos, obra compleja y dentro del mundo particular del dramaturgo murciano Fulgencio M. Lax. El texto cierra la trilogía ‘El ciclo de la muerte’ iniciada por el autor con ‘La canción de los hombres muertos’ de 2004 y a la que siguió ‘El ciclo de la muerte’ en 2005.


Esta producción en la que colaboran el Centro Parraga, donde tendrá lugar el estreno, así como el Festival Internacional OTRO, tiene su origen en el curso Alexander y Acciones Físicas impartido por el director Paco Macià, plantea una despedida en la que los conflictos antiguos y modernos chocan de frente, al tiempo que la pieza ahonda en la dimensión social del ser humano situando a los personajes en la frontera que separa la vida de la muerte. 

Tomando como punto de partida el entierro de una niña que corta de raíz toda posibilidad de futuro, el proceso de creación de la pieza ha permitido a sus creadores “ahondar en el ser-humano y el ser-social, a raíz de un texto que lo que busca son verdades particulares y esenciales dentro del ámbito existencial para llegar a conclusiones más universales”. 

Narrativa y expresión

El trabajo realizado para buscar las particularidades de la obra ha llevado a los integrantes del equipo a utilizar e indagar diferentes lenguajes teatrales que van de lo cómico a lo absurdo, pasando por la improvisación, el movimiento, las artes plásticas o las imágenes. El resultado de esa labor es “una continúa fuente de recursos narrativos y expresivos que participan tanto de la visión del dramaturgo con su texto como de la poética del director en la puesta en escena”, según sus creadores.

Con este espectáculo que sirve de presentación a los miembros de La Catterva, el autor traslada al espectador a un espacio y lugar indeterminados en el que la niña convoca a los representantes de este mundo. Se trata de “una tierra de nadie en la que conviven los vivos con los muertos, el presente con los recuerdos y la memoria. Un juego de verbos para construir unos personajes perdidos y anclados en la angustia” apunta el autor.

Con el entierro de la niña asoma “una geografía de personajes singulares que, desde lo grotesco, se mueven entre lo cómico y lo amargo, entre el dolor y la paz, trazando una fría sonrisa, incluso una carcajada sin eco para llenar un espacio vacío y eterno”. En el escenario quedará constancia de la desesperación de una madre o la peligrosa trivialidad de un coronel que juega con la vida de los demás igual que toca un cornetín. Los espectadores también percibirán la opresión tan agresiva de un sacerdote; la desprotección y miedo de un maestro; la inocencia de un joven soldado y un niño monaguillo que formarán el cortejo que los dos sepultureros organizarán como funcionarios de la muerte.

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