El Hospital de Motril atenderá a la población del sur de Granada
Muchos de los andaluces que viven en municipios de tamaño mediano y pequeño, característicos de las comarcas rurales, experimentarán a partir de los próximos meses algunos cambios en sus relaciones con el médico de cabecera, su enfermera habitual o su hospital más cercano: la mayoría de los hospitales comarcales y los centros de salud de sus respectivas áreas de influencia van a pasar a depender de una estructura de mando única, bajo la figura del Área de Gestión Sanitaria (AGS), que en términos perceptibles por el usuario debe suponer más agilidad a la hora de derivar un paciente al especialista, mayor cercanía de las decisiones asistenciales a la realidad epidemiológica concreta en la que se desenvuelve la vida de cada municipio y acceso más abierto a la alta tecnología propia del ambiente hospitalario.
Las áreas de gestión sanitaria empezaron siendo un experimento administrativo de comienzos de los pasados años 90 que pretendía unificar la gestión de los recursos sanitarios públicos en comarcas rurales y poner el acento de la asistencia no tanto en la respuesta tecnológica característica de la cultura de un gran hospital urbano como en el enfoque asistencial propio de disciplinas como la Medicina de Familia o la Enfermería Comunitaria, en las que la cercanía al paciente y la relevancia dada a la educación preventiva de la población son algunas de sus señas de identidad.
El primer cobaya de la gestión integrada fue Osuna y su entorno, a caballo entre las provincias de Córdoba y Sevilla (1994, Hospital de La Merced). Después llegó el norte de Córdoba (Pozoblanco, 1994) y últimamente, en 2002, el área de gestión sanitaria del Campo de Gibraltar.
Cuando se analizó, en 2001 y 2004, el rendimiento comparado entre este modelo y el tradicional, en el que la relación entre centros de salud y hospital la marca la interlocución jerárquica, en la Consejería de Salud se llevaron una sorpresa: la cosa funcionaba mucho mejor que lo que cabría esperar en el seno de una organización tan compleja como el SAS.
Tan es así que, según datos aportados por José Luis Rocha, secretario general de Calidad y Modernización de la Consejería de Salud, en indicadores clave de carácter asistencial y económico, con repercusiones innegables sobre la atención que se ofrece a los ciudadanos, las AGS dan mejores resultados en una comparación homogénea con un grupo control integrado por dispositivos gestionados al modo tradicional.
Rocha explica que "estamos pendientes de una orden de desarrollo que permita tramitar esta iniciativa, pero tenemos claro que antes del verano será área de gestión sanitaria la población del sur de Granda bajo la cobertura y Hospitala de cabecera, el Hospital de Motril".
La Consejería estaría evaluando, además, si este modelo es aplicable en entornos urbanos de mayores dimensiones que las de las áreas de gestión ya ensayadas, que cubren, según qué casos, una población de entre 60.000 y 150.000 habitantes.
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