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Gran desilusión en San Fernando

Gran desilusión en San Fernando

 DIARIO CADIZ.- JORDI AGABO:  El fútbol es injusto y máxime cuando al equipo al que defiendes, el cual es superior al rival, busca la victoria y falla tantos goles, queda apeado, por culpa de los malditos penalties, del sueño de poder estar el año que viene en Segunda B. El fútbol es injusto porque dos equipos de la categoría que han demostrado el San Fernando y el Motril se jugaron toda una temporada desde los nueve metros y quince centímetros. El fútbol es injusto porque al equipo que pierde lo deja moralmente muy tocado.

 Pero si la cara de la moneda es la contraria, el deporte rey es lo máximo por la alegría que da a tanta y tanta gente, por lo bonito que puede resultar el mayor espectáculo que hay en la actualidad y por la cara de felicidad que se le queda a los vencedores. Ayer el Municipal de Bahía Sur vivió, lógicamente, las dos caras de la moneda y si el plantel azulino se quedó con una tristeza y una angustia difícil de superar, el Motril celebró en el propio césped su pase a la fase final.

El Club Deportivo San Fernando dio por cerrada la temporada, finiquitó la campaña y lo hizo de la manera más dolorosa con el que se puede terminar un curso, cayendo por los penalties y de forma totalmente injusta.

 El Motril no fue superior al equipo isleño, bien es cierto que contó con sus oportunidades de dar la campanada, pero no fue superior durante los 180 minutos que ambos equipos han jugado y, sin embargo, el equipo motrileño tiene la opción de poder ascender y los de La Isla han dicho, hasta luego.

En el choque de ayer, ese que comenzó con un nerviosismo, hasta cierto punto, lógico, los de Juan Antonio tenían la obligación de marcar un tanto para igualar la contienda y lo buscaron desde el pitido inicial. Juan Antonio sorprendió a todos al colocar un equipo ambicioso ya que no se dejó a ninguno de sus atacantes en el banco y puso en liza a los dos goleadores de la temporada, Iván Guerrero y Sergio Berro, ésto sacrificó a Silveira y el técnico de La Isla decidió jugar con un sólo pivote, Edu, al que acompañaba en funciones de creación David Navarro.

Los de enfrente tenían un misión clara, no terminar de cerrarse, porque eso significaba el suicidio, e intentar asustar en la mayor de oportunidades que se pudiesen. Así, los isleños atacaban, los motrileños se defendían y, en contadas ocasiones, buscaban la contra que no terminaba de fructificar.

Con esta premisa y el invitado de honor del partido, el levante, terminó la primera mitad. Y en la segunda, el cronómetro volaba y los minutos iban cayendo del lado granadino que, incluso ante el desajuste producido por la ansiedad isleña tuvieron hasta tres oportunidades claras para finiquitar el choque, pero Hugo y Chiqui, desde la misma boca de gol y Wilfred, desbarataron las ocasiones.

Esos fallos alertaron a la afición azulina que llevó a los suyos en volandas en busca de la victoria que llegó a falta de pocos minutos para el final en forma de gol, tras un saque de esquina, donde Chiqui, en el segundo palo abría las ilusiones isleñas. La prórroga no ofreció más que el cansancio acumulado por ambos equipos que habían tenido un tremendo desgaste durante los 90 minutos de juego y eso se tradujo en la falta de ocasiones de gol.

Y llegó la tanda de los penalties, la lotería del fútbol, la ruleta rusa, que dejó una tremenda alegría en unos, el Motril, y una agonía inusitada en otros, el San Fernando, que cierra una temporada magnífica sin poder conseguir el objetivo propuesto a principios de la misma, ascender de categoría.

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