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El acusado del crimen de Vélez de Benaudalla pide salir de la cárcel porque las pruebas «no le incriminan»

Miguel Hernández, el entreguino acusado por la muerte de la langreana Beatriz Ordóñez en Granada, pedirá salir de la cárcel. Su abogado presentará en los tres próximos días un recurso de reforma del auto del juez de Motril, que ordenó su ingreso en prisión el pasado martes. El letrado del acusado, Pablo Acosta, afirmó que la coartada de su defendido «es compatible» con el auto del Juzgado, y que las pruebas forenses «no le incriminan», por lo que espera que se le devuelva la libertad al «no haber riesgo de huida». El letrado, además, rechazó que existiese agresión sexual y reiteró la inocencia de su cliente. «Ésa es una acusación del fiscal y de la acusación particular sobre la que el juez no ha dicho nada», aseveró Acosta.

El presunto autor de la muerte de la langreana afirmó en su declaración que había estado con la mujer, de 38 años, en el canal de riego donde posteriormente apareció el cadáver. Miguel Hernández aseguró que la chica se había suicidado, algo que, según su testimonio, intentó evitar. El auto del juez afirma que la muerte de Beatriz Ordóñez se produjo por «un impacto en la región parietal derecha del cráneo, causado por un objeto o superficie de gran masa con saliente o un pico de sección cuadrada pequeña, incompatible con una superficie plana, causado por un impacto de arriba a abajo; dicha lesión se produjo en un momento anterior a la muerte, siendo por si misma determinante de esta última».

El abogado de Miguel Hernández señaló que en su recurso se intentará demostrar que en la acequia en la que apareció el cadáver «puede haber un saliente en el que, al caer, la joven se golpease la cabeza». Pero el auto de prisión del juez es claro: «Las conclusiones médico forenses desvirtúan por entero la versión del imputado, pues éste indicó ante este instructor que la fallecida se arrojó con vida y sin lesiones importantes». Y acusa a Hernández «de homicidio o asesinato».

Pese a ello, a lo largo de los tres próximos días Acosta señaló que «estudiaremos los dos tomos de los que se compone la instrucción del caso», que tal y como anunció el letrado «ya no se encuentra bajo secreto de sumario». «El golpe al que se refiere el informe forense», explicó el abogado, «es compatible con el relato de los hechos del imputado, así como con la ropa que aparece rota y el arrastramiento que se produce con la víctima». Pablo Acosta negó, en todo caso, las acusaciones de agresión sexual previa a la muerte que imputan a su defendido el fiscal y la acusación particular. «El auto por el que mi cliente entra en la cárcel habla de un delito contra la vida, en ningún caso de una violación». Según el abogado granadino, «los forenses determinan que hubo una relación sexual previa, pero no que ésta fuera una agresión. No hay pruebas de violación», tal y como afirma la acusación.

Por su parte, el fiscal afirma que las nuevas pruebas «ponen en evidencia» el testimonio del entreguino, ya que se unen «a las contradicciones inicialmente valoradas», entre las que cita «la ocultación de documentos personales de la fallecida por el imputado en su vehículo; la inexplicable denegación de auxilio asumida por aquél; la inexplicable pero detallada desaparición del bolso y del móvil de la víctima, la contumaz negación de la evidente relación sentimental existente y la eliminación del cuerpo de la víctima de cuantas piezas de joyería pudieran identificarla».

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