El Fandi y Pablo Hermoso de Mendoza salieron a hombros de la plaza de Toros de Motril

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y el diestro David Fandila El Fandi han cortado dos orejas y han salido a hombros de la plaza granadina de Motril, que ha puesto esta tarde el primer No hay billetes desde que se inaugurara en febrero del pasado año. En este festejo, programado con motivo de las Fiestas de las Cruces, Alejandro Talavante ha escuchado palmas en sus dos actuaciones tras perder con la espada la posibilidad de sumar trofeos.

Con lleno de "no hay billetes" se han lidiado un toro de Pallarés (1º) y otro de Benítez Cubero (4º), para rejones y cuatro de Salvador Domecq, para la lidia de a pie. Deslucidos los dos primeros, flojos tercero y sexto, desrazado el cuarto y noble el quinto. El rejoneador Hermoso de Mendoza, palmas tras petición y dos orejas; los matadores El Fandi, palmas tras petición y dos orejas con petición de rabo; Alejandro Talavante, palmas tras aviso y ovación.

La corrida ha tenido dos factores en contra: el aire, que ha molestado mucho a los toreros, y la desclasada condición de los cornúpetas de Benítez Cubero y Salvador Domecq, de los que sólo se ha salvado el noble quinto. Protestado por el respetable parecio mejor en las manos de El Fandi. Con él el granadino ha cuajado una faena maciza, inteligente y poderosa en la que se metió en los terrenos del toro para poder darle fiesta. Sobrado con los garapullos en los dos tercios de banderillas realizó un gran esfuerzo con su primero, que se quedaba muy corto.

Muy meritorias las dos actuaciones de Pablo Hermoso de Mendoza. Puso todo cuanto estuvo en su mano y más para emocionar con el muy flojo primero y volvió a arriesgar con el cuarto. La faena fue creciendo enteros y en ella cobraron un especial protagonismo las farpas al quiebro a lomos de Fusilero y las cortas con Sármata, refrendadas con un par muy comprometido de banderillas largas, a dos manos y por los adentros.

Alejandro Talavante estuvo muy valiente en dos trasteos aunque caló singularmente en el primero de ellos. El extremeño se rompió en algunas fases sobre ambas manos y se hizo aplaudir con fuerza cuando finalizó su quehacer con unas bernardinas muy arriesgadas.