Dos de los atracadores reconocen haber perpetrado tres robos

GRANADA HOY.- Pedro Feixas.- Los dos atracadores de la oficina de Caja Granada de Motril reconocieron ayer ante el juez la autoría de tres robos a mano armada cometidos en los últimos veinte días en distintos puntos de España. El primero, el 21 de mayo en un BBVA de la calle Arroyo Bueno de Madrid, de donde se llevaron 13.300 euros. Cuatro días más tarde robaron en la sucursal de CajaMar de la calle Jovellanos de Almería, de la que no consiguieron llevarse nada y el 28 de mayo asaltaron una oficina de Unicaja en El Ejido, donde se sustrajo la cantidad de 27.600 euros.

Así, antes del atraco frustrado en la sucursal de CajaGranada de Motril, donde fueron detenidos tras herir a tiros a cuatro policías y dos viandantes, Jerónimo Arnay y Juan José Espada habían reunido más de 50.000 euros, a los que hay que añadir los 13.000 euros sustraídos de la caja fuerte del Hotel Almuñécar Playa, cuya autoría les atribuye la Guardia Civil.

Ayer, el juez de guardia de Motril, tras interrogar a ambos -a Jerónimo Arnay en el hospital, donde se recuperar de un impacto de bala-, dictó autor de prisión incondicional comunicada y sin fianza.

El juez escuchó durante algo más de tres horas la narración de los hechos. Primero le tocó el turno a José Manuel Espada Prieto, que había sido trasladado de la comisaría motrileña, donde ha permanecido desde que fue detenido el lunes, a las dependencias judiciales. Después, una comisión judicial se desplazó al hospital Santa Ana para tomar declaración a Jerónimo Arnay, de 65 años. La Policía, ante la extremada frialdad de este delincuente, llegó a vincularlo con el conocido como atracador solitario -el delincuente más buscado de España-, si bien esta hipótesis fue descartada.

El juez imputa a los dos detenidos los delitos de robo con violencia e intimidación agravado por el uso de las armas, tentativa de homicidio, detención ilegal, tenencia ilícita de armas, atentado contra la autoridad, y daños. A Juan José Espada, además, le imputa el uso de documentación falsa.

El abogado de ambos, Mariano Sánchez Coca, reconoció que sus clientes habían admitido los delitos que se les imputan.