Un centenar de bebés motrileños ya tiene un árbol con su nombre en el humedal de la Charca de Suárez

Antonio Escámez, Teniente de Alcalde de Medio Ambiente, Deportes, Salud y Consumo, Elena Vallejo, Concejala de Relaciones Institucionales y Miguel López Barranco, Subdirector de Economía Administrativa del Área de Gestión Sanitaria de la Zona Sur de la provincia de Granada, fueron testigos de cómo la plantación de árboles en el Bosque de la Vida de la Charca de Suárez creó el primer vínculo de unión de muchas familias con el humedal, que muchos ni siquiera conocían.

Fue en torno al centenar de familias las que se acercaron a plantar un árbol que desde ayer ya lleva el nombre de su hijo o hija en una placa, junto a su fecha de nacimiento. “A partir de ahora, también tienen que cuidar que este árbol crezca y se desarrolle al par que su bebé, es una forma de crear una unión con nuestro entorno y hacer que cuidemos por él”, aseguró Antonio Escámez, que mostró su satisfacción por “ver aquí a tantas familias, con los bebés, sus hermanos y todos los acompañantes”. Añadió que esta iniciativa es lo que pretendía, “además de hacerles pasar un buen día en la naturaleza, que conozcan nuestro entorno y los recursos naturales con los que contamos”.

Por su parte, Elena Vallejo reconoció lo importante de este iniciativa “que hace que los padres, a través de sus pequeños, se impliquen con el medio ambiente y luchen por su cuidado”. Igualmente, Miguel López Barranco hizo hincapié en la colaboración entre entidades como es el Ayuntamiento de Motril y el Hospital Santa Ana, “un trabajo que estamos desarrollando encantados con concejalías como la de Medio Ambiente pero también con otras como Deportes”.

Durante la jornada, cada familia plantó como mínimo un álamo blanco de la Charca de Suárez en el denominado Bosque de la Vida, y es que además de los de los bebés, los hermanos algo mayores también quisieron formar parte de esta parte del humedal. Este día sirvió también para que algunos que fueron plantados el año pasado recibieran la visita de “sus familias” que aprovecharon para ver cómo crecen y recordar el día en que ellos plantaron su arbolito.

Tras la plantación se les hizo de un diploma acreditativo y de varios regalos, además de compartir a mediodía un aperitivo con productos ecológicos, lo que derivó en un completo día familiar y muy emotivo, en el que cada familia quiso inmortalizar el momento de la plantación para que así el bebé siempre lo tenga presente.