El Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Motril condena la agresión sufrida por un médico en las urgencias del Hospital Santa Ana

El teniente de alcalde de Interior del Ayuntamiento de Motril, José García Fuentes, ha manifestado su solidaridad con el joven médico residente de Urgencias del hospital comarcal Santa Ana, agredido brutalmente, cuando desempeñaba su trabajo, por el acompañante de un enfermo.

García Fuentes ha expresado su preocupación por la situación tan lamentable con la que tienen que prestar sus servicios los médicos y enfermeros de urgencias. “Una situación que da lugar a que, en determinados días de afluencia masiva de ciudadanos, éstos tengan que esperar hasta 4 y 5 horas para ser atendidos”- ha manifestado el edil.

“Desde el Ayuntamiento de Motril –prosigue- no logramos entender cómo la Junta de Andalucía no pone remedio a esta situación de largas colas, una situación que podría haberse visto agravada si, tal y como quería el Gobierno andaluz, llega a cerrarse el centro de Urgencias de la Avenida de Salobreña, hecho que no llegó a ocurrir gracias a la presión ejercida por nosotros” – señala García Fuentes.

El teniente de alcalde de Interior muestra su apoyo “total y absoluto a los excelentes profesionales que no tienen la culpa y están cansados de trabajar en unas condiciones por debajo de la mínima calidad exigida”. Para concluir, García Fuentes ha denunciado la falta de apuesta por parte de la Junta de Andalucía para llevar a cabo “una mejora que brinde calidad a la Sanidad pública".

Repulsa del personal médico del Hospital hcaia la agresión

Tras la agresión que días atrás sufrió un médico de las Urgencias del Hospital Comarcal Santa Ana, el personal médico, donde se incluyen los enfermeros y celadores, ha mostrado su rechazo hacia este tipo de actos con una manifestación en la puerta de las instalaciones hospitalarias y se han mostrado ante los ciudadanos allí presentes "cómo una víctima más del sistema sanitario".

Un médico residente de este hospital, Diego Fernández, ha actuado como portavoz de todo el colectivo y ha dicho hablar en boca de todos cuando ha calificado de "barbaridad cualquier tipo de agresión sea cual sea la profesión de la persona". No obstante, ha querido mostrar su comprensión hacia los enfermos porque "sabemos que son largas las esperas pero, sin duda, no son culpa nuestra". Por otro lado, ha afirmado que la mayoría de los usuarios del sistema sanitario no conocen los cauces o trámites por lo que debe pasar un paciente en su ingreso en Urgencias y que por ello, "dicen que nos paseamos o que nos vamos a tomar café cuando en realidad sae trata de tránsitos obligatorios". En este sentido, ha afirmado que fue el anterior gerente el que instauró esta manera de trabajar.

El ambiente general durante los minutos en los que el personal médico ha enseñado una gran pancarta era de tensión hacia este tipo de actos: "Esto es sólo la punta del iceberg de reiteradas agresiones verbales, malas miradas o situaciones de tensión", ha manifestado Fernández a la vez que ha instado a aquellas personas que consideren que no son atendidas a que presenten una reclamación pero en ningún caso está justificada una agresión o un insulto. "Hemos estudiado para aguantar agresiones de personas que presenten un brote psicótico pero no las de una persona cuerda", ha concluido el residente.

El director del Hospital, Sebastián Molina, se ha sentido satisfecho, por un lado, porque las dos agresiones denunciadas en los últimos tiempo han sido aceptadas como atentado hacia un trabajador y, por lo tanto, se juzgarán por la vía penal. Sin embargo, ha afirmado que "en ningún caso es justificable una agresión en nngín ámbito de la vida" y por ello, ha lamentado que haya ciudadanos que usen estas actitudes agresivas. Ha pedido reflexión a la ciudadanía con respecto a este tema: "El 70 por ciento de los casos que llegan a Urgencias son de prioridad 4 o lo que es lo mismo, casos banales que se podían ver en las consultas de los médicos de familia".

El médico agredido está de baja con moratones y diferentes traumatismos por el cuerpo y, asimismo, con un gran estrés postraumático que le produce miedo a volver a encontrarse con esta persona.