El portavoz del PSOE motrileño dice que la Agrupación ha sido hasta ahora un Gran Hermano

Dos concejales del grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Motril  han puesto sus actas a disposición de la recientemente nombrada gestora de la agrupación local socialista, según ha informado su portavoz José Antonio Aparicio.

Este anuncio se produce después de que la pasada semana el edil Francisco Pérez Oliveros presentase su renuncia y días después de que la Comisión Ejecutiva Provincial, junto a la Comisión Ejecutiva Federal y la Comisión Ejecutiva Regional de este partido, solicitaran la suspensión de la actividad orgánica de la Agrupación de Motril para nombrar a una nueva gestora.

Los dos nuevos ediles que han puesto sus actas a disposición de la gestora son el portavoz del grupo municipal, Manuel García Albarral, y la viceportavoz primera, Ruth García, quienes anunciaron el pasado fin de semana esta medida por si el partido "quería hacer algún cambio en este grupo", ante lo que la gestora no ha tomado decisión alguna.

Asimismo, Aparicio ha señalado que el pasado sábado se reunieron con los componentes del grupo municipal socialista para marcar las líneas de trabajo en los próximos meses y ante la posibilidad de nuevas dimisiones les solicitaron "una reflexión personal y política" sobre la situación que vive la agrupación local.

Por otra parte, ha asegurado que la decisión de nombrar una gestora estaba tomada desde noviembre, por lo que la presentación de la moción de censura del ex alcalde de Motril, Luis Rubiales, que no prosperó por ocho votos, "la retrasó".

El objetivo que se ha marcado la nueva gestora es devolver la normalidad "en el menor plazo posible", para lo que se enviará una carta a cada uno de los militantes para informarles de la situación, se normalizará la apertura de la casa del Pueblo, se crearán grupos de apoyo y se planificará la integración de la militancia.

El plazo para encontrar una solución en Motril es de un año, ha apuntado Aparicio, que ha precisado que tratarán de solucionar uno de los "males endémicos" del PSOE, que consistía en "radiar y televisar" todo lo que ocurre en la sede socialista, convirtiendo la Casa del Pueblo "en un Gran Hermano".