Campaña de Medio Ambiente entre la comunidad escolar de Salobreña

Más de medio centenar de escolares de Salobreña han participado estos días en la nueva campaña de Diputación provincial que enseña a reciclar jugando a través de una serie de juegos y talleres recordatorios de los diferentes residuos y la forma de tratarlos. Para el concejal de Medio Ambiente, Gustavo Aybar, es un buen preludio a la próxima apertura del Punto Limpio donde pretende realizar actividades similares en las que participen el resto de centros escolares del municipio

Salobreña ha acogido estos días la nueva campaña que el área de Medio Ambiente de la Diputación está llevando por toda la provincia, cuyo destinatario es de nuevo la comunidad escolar y su objetivo que los chavales aprendan jugando todo lo relacionado con la separación, reciclaje y tratamiento de los diferentes residuos.

60 han sido los escolares que han participado en la actividad que se ha desarrollado en la plaza de Juan Carlos I y que se ha estructurado a través de talleres en diferentes áreas de juego centrados en apartados como la cooperación, la reutilización o el reciclaje, o un juego, que es de lo que más aceptación ha tenido, con preguntas relacionadas con los diferentes tipos de residuos que los niños debían responder.

Para el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Salobreña, Gustavo Aybar, quien agradeció la iniciativa a la Diputación, campañas como ésta sirven para que los chavales aprendan jugando y se conviertan en mensajeros ante sus mayores de las necesidades de cuidar el Medio Ambiente a través del reciclaje de los residuos. Y anunció que en el Punto Limpio, de próxima apertura, se llevarán a cabo actividades similares.

Por su parte, la diputada provincial de Medio Ambiente, Pilar Peramos, tras recordar que los personajes de la anterior campaña han calado entre los escolares, señaló que en este caso se pretende llegar a todos los rincones de la provincia, hasta ahora han sido ya visitados 36 municipios. En cuanto al balance lo ha calificado de muy positivo por la gran receptividad de los pequeños y su adquisición del compromiso de convertirse en monitores medioambientales.