Es difícil pasar por delante de una obra de Manuel Rodríguez y que no haya al menos un detalle que consiga atrapar la atención con sorpresa y al mismo tiempo con naturalidad. Manuel Rodríguez parece erigirse en fedatario del mundo en que vivimos describiendo a golpe de pincel, la huella de la cruda realidad en la etapa generacional que le ha tocado vivir. El éxito que ha logrado con su vocación pictórica no ha socavado su carácter afable, sencillo y elegante a pesar de ser ya un granadino alboloteño cuya obra universaliza. El próximo 15 de abril en el Centro Cultural Gran Capitán de la capital Granada expone una valiosa colección de sus mejores cuadros y en el que se dará a conocer un libro, recientemente editado, en el que es analizado por diversas personalidades de la vida cultural granadina.
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