COAG PIDE QUE SE REFINANCIE LA DEUDA DE LOS REGANTES POR LA PÉRDIDA DE RENTABILIDAD DE LAS EXPLOTACIONES
Carchuna (Motril@Digital
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG Andalucía ha pedido a la Consejera de Agricultura, Clara Aguilera, que se refinancien las cantidades que deben pagar los regantes para sufragar la modernización de sus estructuras de regadío, ya que la pérdida de rentabilidad de las explotaciones hace inviable en muchos casos el pago de las inversiones realizadas.
Esta organización recuerda que el sector agrario viene sufriendo una situación de precios muy bajos en origen unida al incremento de los costes de producción, tanto el gasóleo como los fitosanitarios y el resto de insumos, que en conjunto han provocado un descenso del 28,5% de la renta agraria en los últimos cinco años. Por ello, muchos de los regantes que han modernizado sus estructuras se ven imposibilitados para asumir el coste de las obras. COAG considera fundamental que, al igual que se va a incrementar el apoyo a los nuevos proyectos de modernización (cubriendo hasta un 90% de los importes en algunos casos), se ponga en marcha alguna estrategia que amortigüe el esfuerzo económico de los agricultores que ya han realizado la inversión, impidiendo que la falta de capacidad económica destruya la estructura productiva. Esta organización agraria espera que el gobierno autonómico sea sensible a este clamor del campo andaluz.
COAG recuerda que los regantes han hecho un gran esfuerzo para modernizar sus estructuras de riego (hipotecándose, en algunos casos, por un plazo de 50 años), por un valor total de más de 510 millones de euros que han permitido actuar sobre más de 350.000 hectáreas hasta 2008, sin contar las inversiones dentro de parcela, que suponen casi 200 millones más. De 2009 a 2015 la Agenda del Regadío Andaluz prevé actuaciones sobre 396.500 hectáreas, con una inversión de casi 1.300 millones de euros (de los cuales los agricultores soportarán en torno al 30%).
La modernización de los regadíos trae consigo una mejora en la eficiencia hídrica, un aumento de los rendimientos y la calidad de las producciones agrarias que permite ser más competitivos en un mercado global, y una mejora en las condiciones de trabajo de los agricultores. Pero también ha venido acompañada de un incremento del consumo eléctrico (como media, una subida de 490 kwh/ha y año) y de la desaparición de las tarifas específicas de riego en julio de 2008 en el marco del proceso de liberalización del mercado eléctrico. En este contexto, las grandes empresas “hacen su agosto” a costa de las mermadas rentas de los productores.
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