El atleta madrileño Chema hace un paréntesis, en Salobreña, en su preparación del Mundial de Daegu
Marca.com. Chema es incombustible. El atleta madrileño lleva su cuerpo hasta límites insospechados con un sueño en el horizonte disfrazado de maratón. Allá donde otros sucumben, Chema disfruta. "Me estoy quedando en los huesos. Ahí va la prueba", aseveraba el fondista en su cuenta de Twitter @chemitamartinez.
Su preparación para el maratón del Mundial de Daegu, que se disputará el presente verano, haría temblar a la práctica totalidad de atletas de élite. A sus 39 años sigue siendo un paradigma de nuestro atletismo y un espejo para las generaciones futuras, que han demostrado estar más vivas que nunca en las últimas citas internacionales.
Chema Martínez es una especie en peligro de extinción. No contento con freírse paulatinamente en la sartén del verano madrileño, en compañía del extremeño Pablo Villalobos y la lucense Alessandra Aguilar, fieles escuderos en los 42.195 de Daegu, el maratoniano se trasladó a Sierra Nevada para realizar entrenamientos en altura.
El viernes dejaba la montaña por la playa de Salobreña, pero la relajación no era su objetivo. Simplemente quería cambiar el paisaje que el atleta contempla en la extenuación. Esperemos que la fuerza de los elementos granadinos ayuden a Chema en su penúltimo gran servicio a España.
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