Nuevo freno a la autovía A-7 al amenazar derrumbre el túnel de la Minilla (Lobres -Taramay)

Granada Hoy.- Es una autovía gafada, una obra que no acaba de levantar cabeza a pesar de la voluntad política y en sus últimos años ha acumulado un historial deprimente con todo tipo de hundimientos, accidentes y problemas técnicos que están retrasando su finalización como pronto para mediados de 2014 cuando se pronosticó que abriría todos sus tramos al tráfico en la anterior legislatura. La Autovía del Mediterráneo a su paso por la Costa de Granada ha vivido un episodio más de su particular odisea con la paralización de los trabajos en el tramo de Almuñécar.

El riesgo de un derrumbe en los túneles de la Minilla ha obligado a la empresa adjudicataria a retirar a todos su operarios. Se dará, por tanto, un nuevo retraso en el tramo que une Lobres-Taramay que se suma al del trayecto Puntalón-Carchuna, cuya apertura está prevista para el verano, por el despido en escala de los trabajadores. 

En la provincia de Almería ya se abrieron el pasado año todos los tramos al tráfico, pero no sin una larga historia de despropósitos. La entonces ministra de Fomento, Madgalena Álvarez, inauguró el trayecto entre Adra y Albuñol y tan solo unos días después se tuvo que cerrar nuevamente, al menos en un tramo de diez kilómetros, por un corrimiento de tierras. La Mesa de las Infraestructuras de Almería ha venido calificando los retrasos de "inaceptables", sobre todo cuando se conoció que no se iban a terminar las obras antes de 2014, al entender que hoy por hoy es el "único punto negro" de todo Mediterráneo y que cercena las posibilidades de crecimiento del PIB de Almería (de un 5%, según un estudio de Unicaja) y también de Andalucía al frenar el "paso natural" del Levante al Estrecho.