La cuota de participación en la cúpula de mando del PP andaluz está recibiendo últimamente vientos tropicales. La irrupción de Carlos Rojas como "tapado" de Javier Arenas es tema de conversación en corrillos políticos de la capital hispalense. Su nombramiento como portavoz del grupo parlamentario en la comunidad andaluza ha llamado poderosamente la atención, en tanto en cuanto significa un nombramiento capaz de abatir dos pájaros de un tiro. Por un lado, reconoce el trabajo realizado por los populares granadinos en las tres convocatorias electorales y, por otro, sirve como cuña para desplazar del mando parlamentario a Esperanza Oña, una de las activistas más enconadas en pro de una revolución interna que acabara con el eterno candidato a presidente y su cohorte.
Tal y como se ha desarrollado la ejecutiva de Carmona, pinta que Arenas se ha movido más rápido y mejor que los que no le quieren bien. Colocó como candidata a la presidencia del parlamento andaluz a Oña, sabedor que tal cargo jamás lo permitiría la coalición de izquierdas, como así ha ocurrido, otorgándole a la defenestrada una salida, cuanto menos, digna. Se marcha optando a un puesto de renombre pero se queda en el camino por la aritmética. No está mal. Ahora queda comprobar el trabajo de Rojas como portavoz, toda vez que su antecesora en el cargo tuvo sus momentos álgidos y sus caídas al precipicio, adornando una labor tal vez desangelada, dado el escaso margen de maniobra de los populares en la pasada legislatura. Y queda también por comprobar qué movimientos hará el PP de Granada para reordenar a sus cargos, toda vez que el movimiento de Rojas hacia arriba ha provocado la excesiva suma de cargos de su sustituta, Luisa García Chamorro.
La actual vicepresidenta de Diputación es, a su vez, miembro del comité ejecutivo provincial y será, en unos días, alcaldesa de Motril. La ciudad costera pierde un referente claro y con un carisma difícil de igualar, pero si el rastro de Rojas es reconocible en la Costa, no se crean que el de Chamorro es exiguo. Su capacidad de trabajo y liderazgo se ha puesto en manifiesto en los últimos meses porque, no en vano, ella fue una de las responsables de campaña del PP y, visto lo visto, los números le avalan. El PP no sólo ha conseguido los mejores resultados de su historia en unas municipales (de ahí el poder absoluto en Diputación), sino que además ha sido una de las provincias con mejores resultados en las autonómicas, una de las que han aguantado el efecto ’reforma laboral’ que tanto le ha costado al candidato Arenas. Es por ello que a Sebastián Pérez se le antoja complicado desprenderse de una figura tan importante como Chamorro, pero a buen seguro que preferirá mantenerla como número dos en Diputación y alternar ese cargo con el de Primera Edil motrileña, cesando, apostamos, en su puesto ejecutivo del partido.
Esta circunstancia, la del paso de Rojas de la Alcaldía a Sevilla, provoca un efecto dominó que no ha pasado desapercibido para el PSOE. Los de enfrente han observado con paciencia y cautela los movimientos de sus adversarios y han llegado a la conclusión de que el nuevo punto carismático de los populares en la Costa Tropical es menos imbatible que el que se marcha pero, aún así, tienen la necesidad de buscar un líder para la congregación socialista costera.
De ahí que algunos cargos de la ejecutiva provincial del PSOE empiecen a susurrar que estarían dispuestos a repescar a uno de esos que, en su momento, lo dio todo por su partido y recibió una soberana patada en el trasero, máxime tras su sonado descalabro con el baldío nombramiento como subdelegado de Gobierno, cargo que al final recayó en Antonio Cruz. Evidentemente estamos hablando de Luis Rubiales, socialista de pro, forjador de un partido muy combativo en la comarca, junto con Manuel García Albarral y que, tras los comicios de hace cuatro años, desempeñó su labor en la delegación de la Junta, asistiendo a actos de conciliación y a disputas laborales que, a buen seguro, han forjado su talante diplomático.
El padre del actual presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles es un candidato tal que algunos ejecutivos del partido no han dudado en declarar que "si tenemos que bajarnos los pantalones para que regrese Rubiales, pues lo hacemos". Esto deja en pañales a la actual líder socialista en la zona, Flor Almón, demasiado alineada con la virulencia y el trato maniqueo de su "maestro", Manuel Pezzi, que forma parte de la línea dura del partido y que, actualmente, no gusta demasiado a los que mandan.
Y todo esto con Luis Salvador forjando una plataforma alternativa, como ya adelantamos en su momento en este diario. Está claro que los movimientos de fichas en ambos partidos son más que interesantes. Jugadas para no perder cuota, para no desperdiciar sitio en el retrato. Hasta en crisis hay apego al cargo.
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