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"Cambios con vaselina" por Jesús María Cascón Murillo

"Cambios con vaselina" por Jesús María Cascón Murillo

 

Seamos claros: ser portavoz de un grupo parlamentario y alcalde al mismo tiempo es una burrada tan grande que el desgaste que supone derivaría en una absoluta pérdida de credibilidad cara al electorado.
El político que accede a un cargo público ha de saber cuándo trabaja por mor de los votos electorales y cuando por decisión de su partido. En el caso de Carlos Rojas, es evidente que sus múltiples funciones emanan de la voluntad popular, pero es más evidente incluso que ser portavoz de los populares en el Parlamento de Andalucía no se lo ha encargado la ciudadanía.
Por ello, Rojas debe dejar de inmediato la alcaldía motrileña y volcarse en una labor que requiere, aún si cabe, más dedicación que la de primer edil, aunque parezca una contradicción. La portavocía requiere veinticuatro horas diarias de atención, mucha presión mediática y un seguimiento constante de los acontecimientos políticos de la comunidad andaluza.
Para ser alcalde, de Motril, Burgos o Frigiliana, tienes más apoyos. De hecho, un alcalde es presidente de la corporación, pero delega en concejales, que se llaman concejales delegados precisamente por eso.  
 
Lo de la multiplicidad de cargos y su correspondiente traspasa de competencias ha creado en Motril un estado de tensión política no resuelta. Tras la antesala que publicamos la semana anterior, titulada "Movimientos y movidas", algunos cargos populares han levantado el teléfono para indicarnos que, aunque hayamos dado en la diana, el punto central de la misma es bastante grande, por lo que se precisa especificar un poco más.
Vean: en el seno interno del partido se esperaba el relevo en el bastón de mando motrileño... pero hacia otra persona. O personas, léanse José García Fuentes y Nicolás Navarro. Aunque los dos se quieren mucho y son compañeros de partido, no escapa que el primero, secretario local del PP motrileño, pertenece a la corriente de Carlos Rojas mientras que el segundo, podríamos decir que es el ’tapado’ de Luisa García Chamorro y, a la postre, el que se postulaba como sustituto de Rojas en la alcaldía en el supuesto de que Chamorro se abstuviese de acceder a la presidencia de la Corporación motrileña, por aquello de la multiplicidad de obligaciones (vicepresidenta de Diputación y secretaria provincial).
Pero esta ’competición’ por acceder al cargo presagiaba lucha interna, algo de lo que el PP huye como de la peste por una sencilla razón: si hay pelea, los perdedores podrían dirigir su rabia contra la presidencia provincial, lo que no interesa en absoluto. Y de eso en Motril saben mucho.  
 
Ese es el motivo por el que Rojas, astutamente, salió a la palestra hace unas horas advirtiendo que iba a compaginar "durante un tiempo", el cargo de portavoz parlamentario y el de alcalde, al efecto de enfriar intenciones y ambiciones y calmar las aguas, tiempo que se aprovecharía para inculcar en el seno del partido y entre la ciudadanía que la figura de su nueva inquilina en el ayuntamiento motrileño es la que es, Luisa, y nadie más. Decimos que la estrategia es correcta, pero ha de tener necesariamente fecha de caducidad.
Carlos debe realizar una transición pacífica, por supuesto, pero nunca lenta y tediosa. Ha de cambiar de carril con suavidad pero con ritmo. Ni pegando volantazos ni permaneciendo una eternidad sobre la línea divisoria. Desatender al ciudadano pasa factura, por lo que urge que, con presteza, cada uno se dedique a lo suyo y se trabaje de cara al que paga los impuestos, porque en realidad están en esto precisamente para eso, y no para cuchufletas y peleas de gallinero.
Y porque además los de la acera de enfrente están expectantes con cualquier decisión que se pueda tomar en el PP motrileño, y cualquier descuido, o resbalón,  podría volver a situarles en la batalla por recuperar la alcaldía que tanto costó ganar a las huestes populares. Lo digo porque este fin de semana me han planteado, desde varios sectores que pudiera plantearse cierta batalla entre el PP motrileño y la dirección provincial, en caso de que no se tenga en cuenta la opinión de las bases a la hora de designar un sustituto para Rojas. Tengan presente que el PSOE está preparando una tarta con velas... y explosivo en su interior. Háganse fuertes y dejen las milongas porque el de enfrente no está debajo de la cama. Ya se ha quitado las legañas.

 

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