Kenny Barron, leyenda y preciosismo en el Jazz en la Costa
La alcaldesa de Almuñécar, Trinidad Herrera, entrega al veterano músico la primera medalla de este festival que hoy finaliza con las actuaciones de María Romero y Kiko Aguado Quintet, y la Granada Big Band con Antonio Serrano como invitado
El pianista Kenny Barron actuó en la noche de ayer sábado en la XXV edición del Festival Jazz en la Costa, que se está celebrando desde el sábado 14 en la localidad granadina de Almuñécar. El jazz se ha convertido en el estilo musical más abierto que hay, en su seno caben ya todas las música prácticamente, pero jazz, en sí mismo, solo hay uno. Kenny Barron lo representó con maestría y grandeza en un programa variado y receptivo como el de Jazz en la Costa. Minutos antes de su actuación, la alcaldesa de Almuñécar, Trinidad Herrera, le entregó la medalla del festival, primera que se otorga en 25 años de existencia de la muestra.
Barron es, con Barry Harris, casi el último de unos pianistas que atesoran el legado de una tradición musical. De él se ha escrito que ha sido uno de los músicos más desaprovechados de la historia del jazz, demasiado joven para ser un clásico y excesivamente mayor para llamar la atención a los más jóvenes. Relativamente, ya que su piano se escucha en más de 300 discos.
Reconocido como uno de los grandes músicos de la historia del jazz, Kenny Barron (Pensylvania, 1943) hizo en este festival una de las escasas apariciones que va a hacer este verano en el calendario de festivales españoles (solo Almuñécar y San Sebastián). No resulta fácil referirse a su pianismo sin caer en la hipérbole pues, depositario de la mejor tradición del piano-jazz, es un clásico dotado de un gran talento camaleónico para adaptarse a cualquier estilo, con un desarrollo armónico refinado y fórmulas rítmicas inexploradas, sin abandonar en ningún momento el sentido jazzístico.
En un auditorio de El Majuelo completamente lleno, el pianista se presentó en el formato que más le gusta, el trío. Y si hay un calificativo que resuma su manera de tocar es el sencillo ‘bonito’, en toda su grandeza y extensión, porque está dotado de una gran elegancia y sutileza. En sus manos, el piano se rindió completamente, permitiéndole hacer diabluras sobre las teclas con la apariencia de la mayor sencillez. Clásico, romántico, melancólico... Barron hace que el instrumento exprese cualquier emoción humana sin perder el poderoso sentido del swing que le caracteriza. Piezas como Cooks Bay o el fresquito Calypso le acompañan en sus conciertos desde tiempos lejanos (ya sonaron en Granada en un concierto histórico, también porque quedó constancia en CD); tocar My Funny Valentine es medirse con la historia, mientras que otras piezas son tan ‘orgullo de la casa’ como ese homenaje a la actriz Sonia Braga que tiene como sintonía en su web.
No faltaron, al principio y final, recuerdos a viejos colegas como Monk (Shuffle Boil) y al entrañable Dizzy con su explícito Bebop. Aseguró ser feliz y estar como en casa, y hubiera tocado más si no le hubiese despegado el avión dos horas después. Músicos así ya no quedan.
Domingo 22 de julio
MARÍA ROMERO Y KIKO AGUADO QUINTET GRANADA BIG BAND con ANTONIO SERRANO Especial jazz y bossa nova
María Romero, voz
Kiko Aguado, guitarra
Rogelio Gil, saxos
Nicolás Medina, bajo
Julio Pérez, batería
Trompetas: Antonio Vera, Miguel Ángel Romero, Antonio Alba y Gregorio Buendía
Trombones: Daniel Anarte, J. Manuel Pamblanco, José Antonio Rodríguez y Daniel Morones
Saxos altos: Rogelio Gil y Juan José Rodrigo
Saxos tenores: Andrew Lynch y Manuel Martos
Saxo barítono: Roberto Nieto
Voz: Celia Mur
Piano: Lucía Rey
Contrabajo: Guillermo Morente
Batería: Julio Pérez
Guitarra y dirección: Kiko Aguado
Invitado especial: Antonio Serrano, armónica
El granadino Kiko Aguado no solo es el director de la Granada Big Band, una de las pocas y reputadas agrupaciones orquestales que sobreviven en España, sino también arreglista, compositor y guitarrista de depurada técnica. En este concierto también nos presenta su más reciente disco, After All We Gave, grabado en inglés con María Romero, vocalista de alma negra y voz profunda, y letras de Anthony Paul.
Aunque la evolución del jazz siempre ha estado esencialmente condicionada por la individualidad del improvisador, la Big Band es una excelente plataforma de aprendizaje para la formación del intérprete, por el alto grado de perfección técnica exigido; y para muchos amantes del jazz, un auténtico espectáculo sonoro y visual. Una afirmación que se transforma en realidad inmediata al ver a la Granada Big Band desplegada en el escenario. Cada uno de los miembros que la integran son músicos con una formación cualificada y con una importante trayectoria individual, tanto en el mundo de la enseñanza como en el de la improvisación, pero cuando interpretan como Big Band lo hacen con una compenetración brillante, valiéndose de composiciones propias de la banda y arreglos de algunos de los grandes del género. Desde 1994, año de su fundación, la Granada Big Band no ha cesado de tocar, y cuenta año tras año con el leal respaldo de los aficionados de la ciudad, que siguen sus actuaciones con grandes figuras del jazz nacional e internacional: Pedro Iturralde, Ramón Cardo, Don Braden, Perico Sambeat, Michael Mossman, Bob Mintzer, Miguel Ríos, Benny Golson, Antonio Hart o Kurt Elling. Dos discos editados hasta la fecha: Mamá, me gusta el Be Bop y especialmente Basie Lives con Bob Mintzer, son parte del resultado del trabajo desinteresado de todos sus componentes. Santo y seña del jazz en la ciudad, la Big Band de Granada, que cuenta con una de las grandes voces del jazz español, la cantante Celia Mur, celebra los 25 años de Jazz en la Costa con un especial dedicado al jazz y a la bossa nova del gran maestro Tom Jobim.
Como invitado especial, Antonio Serrano, uno de los más brillantes armonicistas de la escena internacional, que a pesar de su juventud cuenta con una prolífica carrera a lo largo de la cual ha recibido cuantiosos premios y ha actuado en los mejores festivales de jazz. Sus éxitos y su calidad como instrumentista le han llevado a ser reclamado también por grandes orquestas sinfónicas europeas, como las de Colonia, Kiel, Europea o Estambul, y la mayoría de las españolas, incluida la de Granada, o a colaborar con los grandes del flamenco como Vicente Amigo, Diego Amador o Paco de Lucía, guitarrista con el que acaba de concluir una exitosa gira por los mejores auditorios de Estados Unidos.
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