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23 de julio de 2012 La Granada Big Band clausura el festival Jazz en la Costa en su vigésimo quinto aniversario

23 de julio de 2012  La Granada Big Band clausura el festival Jazz en la Costa en su vigésimo quinto aniversario

El concierto de clausura de ayer domingo por la noche corrió a cargo de la Granada Big Band teniendo como invitados a María Romero y Antonio Serrano 

El Festival Jazz en la Costa de Almuñécar abrió y cerró con conciertos de muy alto nivel a cargo de agrupaciones de la ciudad, Funkdación y la Blues Band para empezar, y la Granada Big Band para terminar. 

En un parque de El Majuelo que rozó el lleno, la noche se presentó animada y con receptividad, de la que se benefició en primera instancia la cantante María Romero, que junto con el guitarrista Kiko Aguado estrenaban el disco ‘After all we gave’ con, como la propia cantante especificó, “temas propios en versión original” de ambos con las letras de Anthony Paul. Primero actuaron en dúo para ir cogiendo temperatura, y luego ya con su quinteto (Julio Pérez, Nicolás Medina, Rogelio Gil) para completar su actuación. 


La muy grave voz de María Romero y su fuerte personalidad interpretativa fueron muy llamativas, ya que se mueve en un registro inusual y gusta de vivir lo que canta con intensidad en el escenario. 

Tras ellos la Granada Big Band ofreció un concierto de una hora de duración mayormente basado en clásicos brasileños si bien intercalaron piezas que como, ‘Tormenta Suave’ o ‘Soñé que te conocí’, llevaban la firma de su director Kiko Aguado. Las nuevas incorporaciones dan frescor  a esta veterana banda, ya con socios fundadores desde hace dieciocho años. La línea de metales con solistas como el mencionado Gil, Roberto Nieto y Andrew Linch, con Eric Sánchez en la zaga, brillaron en los momentos estelares. También destacó la pianista Lucía Rey que alternó el acústico con el eléctrico, aportando a ‘Corcovado’ una ambientación muy sixtie. 


Cuando salió el armonicista Antonio Serrano, uno de los grandes del pequeño instrumento, el registro de la orquesta cambió totalmente ya que la melancolía de la armónica se mezcló con los metales en una inusual propuesta tímbrica. Su extraordinaria ejecución (con un fraseo muy emotivo en la línea del belga Toots Thielemans) ratificó su posición de número uno. Y de prueba quedaron piezas como ‘Insensatez’ o ‘Wave’, primeras de la serie que compartió con la orquesta, y a partir de ‘Meditaçao’ con su portavoz habitual, la siempre entonada e infalible Celia Mur.  El fin de fiesta llegó con ‘Chega do saudade’ con todos los participantes de la noche en el escenario dispuestos a recibir una merecida gran ovación para ellos, y como dijo un espectadora emocionada “¡Viva la música de Granada!”, también para los todos los protagonistas de la banda sonora de la ciudad. 


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