DÍA 26: Con Virgilio en el Sofá "TODOS GANAN, NADIE PIERDE" por Miguel Ávila Cabezas
Dedicado a Manolo Toquero, con mi fraternal abrazo.
Perdona que te importune, Virgilio, pero es que no me puedo resistir a hacerte la pertinente (por pertinaz) pregunta: ¿Has visto la cara que tiene el honorable Jordi Pujol escrutando, con la mano derecha en visera, el horizonte político de Convergencia i Unió desde el balcón del Hotel Majestic de Barcelona (0-4) en la noche final de los re-cuentos, ayer mismo sin ir más lejos? (No me malinterpretes, Virgilio, por lo de “la cara”). Parece como si estuviera pensando: “¡Collons, mi vista a distinguir no alcanza los dieciocho (18) escaños que nos han faltado para conseguir la mayoría absolutista y hacer de nuestra capa el sayo de la rima independentista! ¿A dónde habrán ido a parar los dichosos dieciocho?”. Levanta tu organismo onanista del sofá de terciopelo rojo y acude raudo al ordenador para comprobarlo. Viene en parte inferior de la página de portada, sección de fotografía, del Órgano Oficial del Movimiento. Lo acabo de ver. Son las diez y veinticuatro minutos de la mañana y no es cosa que ya desde tan temprano estés ahí echado, cuan difuso eres, lamiéndote las menudencias como otros lo hacen en la intimidad con sus zafias heridas, sin que por ello en público se les mude un ápice el gesto de complacencia e impostada felicidad que con tanto cinismo exhiben desde las altas rocas innombrables. Léase, entre otros, el del flequillo inconsistente. Tal parece que con él no fuese la cosa y que el encaje del varapalo electoral correspondiera a los aborígenes de Tasmania pues su reino ya no es de aquí sino del más allá transfronterizo de los dimes y diretes. “Me las pagarán. Tarde o temprano me las habrán de pagar los cabrones esos de El Mundo”, de seguro que masculla para sus adentros. ¿O más bien estará tarareando en el italiano original la canción homónima de Jimmy Fontana en su parte más heliocéntrica: Gira, il mondo gira nello spazio senza fine con gli amori appena nati…? Vete tú a saber lo que allá en lo alto maquina nuestra oveja negra de la nacionalpolítica. ¿Quizás esté pensando en volver al redil visto lo visto y dejar para mejor ocasión intemperancias secesionistas? ¡Ay, Virgilio, ya puestos a expresarse en la lengua de Berlusconi, yo respondo: qui lo sá! En verdad en verdad te digo que los caminos de la política son, como los del Señor y del Matrimonio, inescrutables. ¿Tú qué piensas?
- Lo mismito que tú.
- ¿Y qué es lo que yo pienso, si puede saberse?
- Si tú no sabes lo que piensas, cómo lo voy a saber yo.
- ¿Entonces?
- Entonces nada. O sea, lo mismito que tú. Más de lo mismo, insisto.
- ¿Tú crees que…?
- Por supuesto. Resulta evidente. Como estrategia de distracción ha funcionado de escándalo.
- Igual que lo del rey y su operación de cadera.
- Sí, igualito que lo del rey y su operación de cadera con el pleno al quince de la visita familiar, incluido en el lote el yerno escuchimizado.
- ¡Ah! Lo mismo los del balcón vendieron la piel del oso antes de cazarlo.
- Deja los osos para los decrépitos. Mira, muchacho, en el negocio de la política todos ganan y nadie pierde. ¿Es que acaso aún no has caído en la cuenta?
- Bueno… no sé… La realidad es tan confusa.
- Ya. “Confusa” dices. Ni que de pequeño te hubieras caído de un guindo. ¿Y lo de los cuarenta y dos mil quinientos (42.500) millones de euros para la insaciable banca también es una realidad confusa? Como sigas así, veo peligrar mi ración diaria de pienso. Con tu permiso.
Y Virgilio se dio la vuelta en el sofá de terciopelo rojo y al punto cayó en el abismo de un ronroneo profundo del que esta vez ni siquiera pudo sacarlo un documental sobre la sardina y sus propiedades organolépticas. ¿No estará volviendo a las andadas?
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