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Miles de vencejos descansaron ayer noche sobre los edificios de la costa tropical de Granada

Miles de vencejos descansaron ayer noche sobre los edificios de la costa tropical de Granada

Vencejos colgados en un edificio de la playa de Salobreña(Motril@Digital)

Miles de vencejos surcaron los cielos de la Costa Tropical de Granada coincidiendo por estas fechas con su habitual periodo migratorio. En la mañana de hoy se han encontrado muchos de ellos en el suelo, algunos con vida, tanto en Almuñécar, Salobreña y Motril.

Las patas tan cortas que poseen hacen imposible que remonten el vuelo en el caso de caer a tierra. La fotografía de Motril@Digital logró captar ayer como se colgaban, unos encima de otros,  para descansar y pasar la noche en las paredes de este edificio de Salobreña. Muchas urbanizaciones se veían con gruesas manchas en sus contrucciones. 

Esta mañana empredieron todos ellos el vuelo siguiendo su ruta migratoria. Otros cansados no lograron el lugar adecuado para sujetarse y fueron arrollados por los vehículos los que cayeron en las carreteras de la costa. A otros le ayudamos a remontar el vuelo.

Desde los mismos orígenes de la zoología se sospechaba lo que a finales de la década de los 60 se constató: que los vencejos pasan la mayor parte de su vida en el aire; comen, duermen y copulan volando. Únicamente se posan para poner los huevos, incubarlos y criar a sus polluelos. Permanecen en vuelo ininterrumpido durante nueve meses del año. Las crías abandonan el nido por la mañana volando súbitamente, sin necesidad de aprendizaje previo, y no retornan a él jamás. De noche, estas aves se elevan hasta los 2.000 m de altura y allí duermen, volando. Durante su sueño el aleteo se reduce de los habituales 10 movimientos por segundo a tan sólo 7. Debido a sus extraños hábitos aéreos aún se desconocen muchísimas cosas de la vida de estas aves. Los vencejos emiten un grito muy agudo que en algunos países les ha valido el apelativo de "pájaro del diablo".

Es un ave migratoria que a mediados de la primavera boreal (otoño austral) aparece por casi toda Europa, norte de África y Asia Central mientras que en invierno boreal (verano austral) se le encuentra en el sur de África. En el campo, anida gregariamente en taludes pero está especialmente adaptado a los asentamientos humanos. Forma sus nidos bajo cornisas y aleros de edificios y casas. Suele ser fiel a su lugar de anidamiento; vuelve a él y lo reconstruyen cuando hace falta.

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