PRESUPUESTOS: UNA DEUDA HISTÓRICA CON LA COSTA TROPICAL por Ángel Ortega Fernández
No es sencillo analizar el proyecto de presupuestos generales del Estado para 2014, referidos a la Costa Tropical, sin contagiarse de las valoraciones que realizan el PP y el PSOE, y que aparecen en prensa, puesto que están condicionados en función de quién gobierna en Madrid. El cinismo les lleva a intercambiar los papeles, ya sea Zapatero o Rajoy el presidente de turno. Intentaremos ser objetivos, aunque mucho de los datos publicados son fragmentarios, cuando no interesados o manipulados
Hay un hecho irrefutable en economía: cuando la inversión privada es mínima, como sucede en la coyuntura actual, se hace imprescindible un esfuerzo del gasto público, como elemento generador de empleo y actividad económica. El primer dato que hemos de reconocer en estos presupuestos, es el esfuerzo inversor en la autovía del Mediterráneo, en torno a 127 millones lo que es importante con relación a otros años, pero que es nulo en lo referente a las inversiones en el tema del agua.
Desde nuestro punto de vista, uno de los rasgos definitorios del litoral granadino es el persistente déficit o acumulación de retraso en la realización de las infraestructuras de comunicación e hidráulicas. Autovías que se eternizan, especialmente sangrante el esperpento de la A-7, con su imagen tercermundista de los conos en los momentos de mayor tráfico; la sucesión de chapuzas en la A-44 (¿recuerdan que se iba a denominar Autovía de la Costa Tropical?), con obras de reparación desde el mismo año de su apertura y que se verá esta año agravado con el desvío por la antigua carretera nacional, con sus baches y curvas; la falta de conexiones ferroviarias, tanto entre Granada y Motril (prometidas por algunos políticos socialistas y olvidadas por todos), como la injustificable discriminación al excluirnos del trazado del corredor litoral… Por no mencionar el tranvía entre Motril y Almuñécar, aprobado en el Parlamento andaluz en el debate del POTA y del que nadie habla… Todo ello está condicionando y retrasando el desarrollo económico de la Costa Tropical, que habría que cuantificar y demandar como una “deuda histórica” contraída con los habitantes de la comarca.
Aunque sin duda alguna, la mayor ‘deuda histórica’ la encontramos en las infraestructuras hidráulicas. El agua sigue siendo el principal problema de los agricultores del litoral. Sufrimos el bochorno de que se ha realizado una obra tan importante como la presa de Rules, sin incluir en las previsiones sus usos agrícola y energético. Una ingente inversión que, si se realizaran las comprometidas conducciones de riego entre Albuñol y La Herradura, pondrían en explotación miles de hectáreas de nuevos cultivos. Una importante inyección económica, que sería catalizadora del despegue agrícola, puesto que generaría unos 10.000 puestos de trabajo (entre directos e indirectos).
Sin embargo, la falta de peso de la clase política granadina, cómplices necesarios del peloteo entre la Junta de Andalucía y el Estado central en su realización, ha mantenido en los cajones de las administraciones el proyecto en la última década. Por no hablar de la pérdida de subvenciones europeas para el proyecto, con la “desaparición”, aún no clarificada en su destino y responsables políticos, de 80 millones de euros, manejados por ‘trileros’ sin identificar. Una adocenada clase política granadina, acostumbrada a seguir las consignas de sus respectivos partidos, más que a defender con contundencia los legítimos intereses y necesidades de los granadinos.
El resultado de todo este cúmulo de circunstancias, la granadina presa de Rules se ha convertido en la única infraestructura hidráulica de este tipo en Europa, sin una explotación adecuada a sus posibilidades ni a las necesidades de los agricultores de su ámbito. Desde el medio rural se clama con indignación y rabia cuando ven cómo se tira el agua al mar, a la vez que se ven obligados a pagar un altísimo precio a Sevillana-Endesa para elevarla a sus cultivos. Se estima que pagan unos dos millones de euros en luz, lo que ha abocado a muchos agricultores y comunidades de regantes al cierre, y todo ello por la falta de las prometidas canalizaciones, de las que tanto se habla cuando se acercan los procesos electorales.
Una situación que lastra nuestro desarrollo agrícola, pues impide ser competitivos con otros productores cercanos. Para nadie es consuelo el aprovechamiento recreativo de la presa de Rules y la garantía de abastecimiento. Es imprescindible que el sistema Béznar-Rules se inicie de forma urgente, o estará en peligro la supervivencia del sector.
Por no hablar de la ‘olvidada’ presa de Otívar, cuyo proyecto de ejecución fue aprobado en la década de los noventa, incluso publicado en el BOP en 1996, y que llegó a contar con partida presupuestaria en el ejercicio de 2002. Si se hubiera construido, las riadas de septiembre de 2007 no hubieran sido tan dramáticas para Almuñécar.
En definitiva, décadas de retraso que están ralentizando el desarrollo del litoral, y que nos ha llevado a perder peso específico en el conjunto de la economía provincial. Una auténtica ‘deuda histórica’ con la Costa Tropical, que debe ser exigida por los ciudadanos del litoral y asumida por los partidos políticos, especialmente el Partido Andalucista, como compensación a tantos años de discriminación en los Presupuestos Generales del Estado y de la Junta de Andalucía.
Ángel Ortega Fernández. Historiador
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