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CON VIRGILIO EN EL SOFÁ. DÍA 56: COSAS DE LA FARLOPA por Miguel Ávila Cabezas

CON VIRGILIO EN EL SOFÁ. DÍA 56: COSAS DE LA FARLOPA por Miguel Ávila Cabezas

Entre las muchas proezas que los españoles tenemos que agradecerle a Belén Esteban, nuestra entrañable, si recauchutada, princesa del pueblo, aparte de su apremiante instigación al consumo, responsable, del pollo y sus derivados (ya para la posteridad queda escrita en letras de oro su proverbial exhorto: “¡Andreita, cómete el pollo!”) y de revitalizar y cargar de sentido con su presencia y sus profundas elucubraciones el tertuliano patio hispánico, está (fusilo directamente de Internet) la de animar y orientar en los procesos de enseñanza-aprendizaje, para que promuevan el desarrollo y mejora de la competencia, el fomento del hábito lector, y así mejorar las expectativas de éxito educativo en los alumnos y alumnas, que somos todos “sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”, según reza nuestra sacrosanta Constitución en su artículo 14. En correspondencia con el universal acontecimiento, que ha sido divulgado, urbi et orbe, por la incansable Tele5 en su programa “Abre los jojos… y mira”, traigo aquí a colación, e in extenso, mi loquinaria núm. 459 (Segundo libro de las loquinarias, Editorial Alhulia de Salobreña) en la que recogí la noticia que en su día se diera sobre la elevación a los altares académicos de nuestro director espiritual, el único, el auténtico, el inmarcesible Chiquito:

¡¡POR FIN!! CHIQUITO DE LA CALZADA EN LA ACADEMIA 

Apadrinado por Pocholo, Julián Muñoz y la inefable Belén Esteban, el afamado ensayista, sexólogo, politólogo, sociólogo, economista, vulcanólogo y vampirólogo, Chiquito de la Calzada, tomará posesión el próximo día veintitantos de agosto (cuando canta la chicharra / y responde el candemor) del sillón CH (con mayúscula) de la Academia de la Lengua Viperina, que dejara vacante (el sillón) nuestra llorada y nunca lo suficientemente ponderada en vida Ana Rosa Quintana, autora de obras tan emblemáticas como Lolita, de Nabokov o El ruido y la furia, de William Faulkner. Ya lo dijo in illo tempore el cardenal Roucco Varela (sosias de Paco Clavel y, en lo más profundo, del otro, de Siffredi): “Quien no haya leído a Chiquito es que no es hijo de buena madre. Y debe de inmediato apostasiar. Y ello por el bien de la Santa y Verdadera (Madre) y su grey invidente”. El “pata chula-2”, como le llaman los más íntimos, está, pues, que relincha de gozo y alborozo en un momento histórico en que Mondadori Editores tiene previsto dar a luz (¡con dos cojones!) sus obras completas, de entre las que destacamos los siguientes títulos: Jandepeich o ¿esto es crisis?, el ya clásico Candemor, el pecador de la pradera, Al ataaaqueeer y Quietooool, galardonado en su día con el Primer Premio de Ensayo “Conchita Barrecheguren” de las Nuevas Generaciones de Salobreña-santo y seña. Méritos no le faltan a Gregorio Esteban Sánchez Fernández para ocupar no el susodicho sillón sino todos los que hubiere menester. (¡Faltaría más!).”

En verdad nuestra Belén, cuidadosa hasta en el menor de los detalles con el futuro que irremisiblemente ya es de su propiedad, ha sacado de las profundidades de su estro una obra magna que lleva por título Ambiciones y reflexiones. Quien estas líneas tan torpe como humildemente escribe aún no ha tenido el privilegio de leerlo pero juro por lo más grande del mundo y del universo entero que he de perder el culo y, si se terciara, las témporas por conseguir el libro en la sección de novedades de El Corte Inglés antes de que me lo quiten de las manos los ávidos lectores. Tiemblen los Javieres Marías, los Antonios Muñoces Molinas y los Pérez Revérteres. Me apuesto lo que sea (por ejemplo, los 6 tomos del Diccionario Crítico-Etimológico Castellano e Hispánico, de Corominas y Pascual) que, sin necesidad de pasar previamente por la docta casa para ocupar el sillón s, que, viendo lo que se veía venir, ha dejado vacante José Luis Pinillos Díaz, nuestra Belén del alma y el cuerpo místicos será nominada por aclamación popular para el Premio Nobel de Literatura del próximo año. Y es que donde se ponga su realismo enfático que se quiten Borges, Flaubert, León Tolstoi o el garbancero de Don Benito Pérez Galdós, por citar, insisto. De la emoción estoy que no cabo (digo “quepo”) dentro de mí. ¡¡Virgiliiiiooooo!!… ¿Me oyes?... ¿Me escuchas? (…) Y Camp ilocalizable, como tú. Y Manu ha salido por la puerta tonta de “Saber y ganar” por culpa del puñetero “granel”. (¿O lo hizo a propósito?). Menos mal que pronto hallaré consuelo en Ambiciones y reflexiones. Como diría el poeta: “Los ojos no ven, saben / El mundo está bien hecho”.

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