Motril eleva su voz contra la injusticia universal

Las XII Jornadas sobre Derechos Humanos e Inmigración arrancan en la UNED con un importante respaldo social e institucional 

Una veintena de tumbas sin nombre, en el cementerio municipal motrileño, atestiguan desde su anónimo silencio, que la realidad migratoria actual “es sinónimo de desgarro y tragedia un día detrás de otro”. La reflexión la realizaba, en voz alta, la alcaldesa de Motril Luisa María García Chamorro durante las inauguración de las XII Jornadas de Derechos Humanos e Inmigración, que ayer comenzaron en Motril y que hasta el próximo viernes se convierten en uno de los principales foros nacionales en la materia, y cuya dimensión inter-disciplinar ha sido su principal marchamo desde la primera edición de las mismas; una conjunción social que se simboliza en el llamado “espíritu de Motril”, como sustrato resultante del debate y compromiso de todas las fuerzas sociales implicadas en las jornadas. 

Y precisamente en Motril, cuyas costas son periódicamente el escenario del encuentro con la muerte por quienes buscan la vida, se van sumando lápidas con números “y la ciudad ha visto cara a cara el dolor de quienes se lo juegan todo por conseguir un futuro mejor”, decía la alcaldesa. Una ciudad que está siendo testigo en primera línea de un mal llamado “fenómeno migratorio”, expresión que enmascara la cruel estampa de una situación cuya dimensión dramática crece exponencialmente y que, precisamente en estas fechas, se está haciendo más patente si cabe al tiempo que también se incrementa el listón de la intolerancia en el viejo continente.

Con esta reflexión como lienzo de fondo, se han iniciado en la Uned de Motril las XII Jornadas sobre Derechos Humanos e Inmigración. “Una oportunidad excepcional de acercarnos a la realidad de la inmigración desde varios puntos de vista; lo que siempre les ha dado un valor añadido”, decía el director del centro asociado de la Uned de Motril, José Antonio Ruiz Caballero, quien fue a más al asegurar que esta convocatoria anual es un auténtico “ llamamiento a la sociedad civil, a su conciencia”.

En el transcurso del acto protocolario de apertura de las jornadas, el alcalde de Salobreña Gonzalo Fernández Pulido puso un pie en la actualidad más doliente al recordar que “en nuestra frontera más próxima se están viviendo situaciones bochornosas y que deben hacernos sentir vergüenza. De hecho, según el primer edil de la Villa, cuyo ayuntamiento también colabora en la organización de las jornadas, este foro tiene ya doce años y sigue teniendo plena vigencia, pues las condiciones migratorias de más de doscientas millones de personas en todo el mundo “hacen necesario jornadas como esta, pues nos encontramos en una situación límite”, subrayaba Fernández Pulido.

Desde el Colegio de Abogados de Granada, el letrado Felipe Villa Rodríguez realizó una amarga y sincera reflexión sobre la hipocresía de una Europa abierta al capital y cerrada a cal y canto frente a la desgracia humana, despojada de personalidad y convertida en cifras y un atentado permanente a los derechos de los migrantes. Pero Villa también rompió una lanza por quienes se rebelan contra esto: “Cuando miro a mi pequeño alrededor veo a miles de personas indignadas contra la injusticia social”; en este sentido, las jornadas de la Uned de Motril vienen a ofrecer, según el abogado, doce años de respuestas, “a pequeña escala, pero respuestas y hay solución a esa injusticia social, con los derechos humanos en lo más alto”, decía. 

“Patada a la puerta”

En el acto inaugural intervino, así mismo, el director de la Agencia Andaluza para el Desarrollo, que este año se suma como organismo colaborador. Enrique Centella Gómez dejó claro que para el gobierno de la Junta de Andalucía, “la cooperación es también una obligación política y administrativa y de hecho el Estatuto de Autonomía situó estas políticas como un objetivo de la comunidad autónoma”; un objetivo que, según Centella, no es una opción sino de una obligación que tiene los derechos humanos como eje transversal... “nadie se juega la vida por capricho sino por absoluta necesidad, nadie huye de su tierra así por así, concluía Centella Gómez.

En nombre de la Autoridad Portuaria, que un año más brinda su apoyo a estas jornadas, su presidente Francisco Alvarez de la Chica lanzó un mensaje terrible al auditorio: “mientras dure el acto de presentación habrán muerto 1.800 niños en el mundo”. Alvarez de la Chica argumentó que lo que sucede en el mundo, en la actualidad, es fruto no solo de la crisis, sino que hunde sus raíces en varios siglos de historia de la humanidad; desde el colonialismo que pisoteó territorios y personas, la esclavitud o la explotación de los recursos. “El tercer mundo está dando una patada a la puerta”, como resultado de la acción de un capitalismo sin alma, que ha derivado en una auténtica “crisis de egoísmo” que solo podrá ser superada por la conciencia y la educación, para alcanzar la justicia social, enfatizó el presidente de la Autoridad Portuaria.

De esta forma, la Uned levanta el telón de un debate serio y profundo sobre algo que ya está marcando el signo de los tiempos actuales.