"Triunfadores y mediocres"
Jesús Cascón Murillo.- Carlos Rojas le está pegando un repaso día sí, día también, al jefe de los populares andaluces. Mientras el ex alcalde motrileño se luce en el Parlamento, Bonilla abochorna a los suyos dando un mitin, eso fue lo que pareció, ante empresarios granadinos en los desayunos con políticos organizado por Caja Granada. No se entera de la película
La intervención magistral, a todas luces, de Carlos Rojas en el Parlamento andaluz, sacándole los colores a Susana Díaz en el asunto de los cursos de formación y los ERE, no fue refrendada, en el mismo día, por las palabras de Juan Manuel Moreno Bonilla en el encuentro con los empresarios granadinos. Mientras el ex alcalde motrileño hacía gala de su experiencia como portavoz, desgranando los pormenores de una trama que exige una urgente reposición, Bonilla se dedicaba a hacer campaña mal hablando de la presidenta ante los empresarios de la provincia en lugar de ofrecer alternativas y propuestas de empleo para el futuro de los granadinos. Un error que no parece haber alarmado a nadie, más que nada porque estaba claro que la escasa trayectoria del jefe de los populares andaluces iba a quedar en evidencia, más pronto que tarde.
Churras y Merinas, ceremonia de confusión e ideas poco o nada claras. Es el resumen de la estrategia de un PP que ha optado por la confrontación pura y dura para intentar nivelar la balanza ante las inminentes elecciones europeas, un escenario válido para calibrar los futuros votos en las citas locales, autonómicas y nacionales que llegarán detrás. Es una estrategia rácana, pacata y denostada, que no ofrece nada al votante y que vislumbra la escasez de miras de un dirigente puesto a dedo, al que el cargo le viene grande y cuya única posibilidad es rebatir los argumentos de Susana Díaz desde púlpitos bastante alejados del Parlamento, donde no tiene asiento.
Carlos Rojas sí que lo tiene, y sí que lo está usando para lo que la sociedad demanda: pide explicaciones urgentes, invita a la presidenta a cesar su discurso yermo de "pagará el que tenga que pagar" porque, básicamente, ya se debería conocer a los autores de la trama. Una lanza clavada tan honda en el aparato de izquierdas que consejeros, diputados, responsables políticos y sindicalistas están ensartados en el mismo palo. Como quiera que desenmascarar a los culpables implica echar losas encima del PSOE, Díaz repite el mismo mensaje una y otra vez, como un disco rayado, a lo que Rojas responde que los tiempos de echarse las manos a la cabeza ya pasaron. Una trama tan gigantesca ha de tener consecuencias políticas y judiciales.
Y, mientras tanto, Juan Manuel Moreno no es capaz de ofrecerle a los empresarios granadinos un panorama de prosperidad, unos objetivos mínimos de cara al futuro. Y no es porque no los tenga, que no lo sabemos, es porque no lo dice. Sólo despliega ínfulas contra una presidenta que, no lo olvidemos, no la ha elegido el electorado, está nuevecita, sin sacar del envoltorio, y todo lo que diga o haga tendrá una repercusión mayor porque su potencia sólo es equiparable al que le pueda sacar los colores en el parlamento, pero como allí Bonilla no tiene voz ni voto, en esas estamos. Ya dijimos en su momento que sería un grave error colocar como jefe de los populares andaluces a quien no tenga escaño y que, dentro de los diputados, Carlos Rojas respondía perfectamente al perfil de líder de mayorías o de minorías, es lo mismo, porque ostenta la portavocía de su grupo parlamentario y es voz autorizada para entablar combates y debates con sus oponentes.
Si alguien no es capaz de explicarle a Juan Manuel Moreno Bonilla la diferencia entre un mitin y un encuentro con fuerzas vivas de una provincia, cierra la tienda y vámonos. Es lo que tiene poner a dedo a las personas, que llegado el momento sólo tienen como argumento el "y tú más" tan desfasado y cansino, un argumento que no lleva a ninguna parte. Propuestas, programa, intenciones y credibilidad es lo que le interesa al ciudadano. Proyectos para combatir el desempleo, eso es lo que quieren escuchar. Lo demás es pura demagogia y bochorno. Sea donde sea.
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