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La Rosa y el 79

La Rosa y el 79

Jesús María Cascón Murillo.- Hace pocos días escuché a Rosa Díez hacer malabarismos para explicar, en una tertulia televisiva, la legalidad de ser perceptora de una pensión que no tributa en España. No entraré en la justificación de la parlamentaria europea, porque no tiene ni pies ni cabeza ni es el caso que nos ocupa, pero la actitud de la líder, de momento, de UPyD es similar, o acaso peor, que la de los líderes de otros partidos que suelen perder la memoria de repente y recurrir a argumentos miserables para justificar lo injustificable. 

José López Medina, que fue candidato a la alcaldía de Armilla por la formación del progreso y la democracia, ha denunciado la doble moral de Díez al ser una de las parlamentarias beneficiarias del famoso fondo de una Sicav. Dice Medina, y con razón, que UPyD criticó abiertamente este tipo de fondos en distintas campañas electorales y pide que se investigue a la susodicha por presunta evasión de impuestos, que ahí puede que patine o que acierte de pleno, según la Justicia.

Estamos hablando de doble moral, de predicar blanco desde el púlpito y hacer negro a escondidas, de poner la mano sin que nadie lo sepa, ser uno o una más de los beneficiarios en esa torre de Babel llamada parlamento europeo donde, la verdad, de pobre no te mueres. Y todo, sin el conocimiento (y mucho menos, el consentimiento) de la población. La que sea, la española, italiana, portuguesa... El caso es que seguimos descubriendo asuntos que no se conocían, se suponía que nuestras señorías eran honestos y éticos a carta cabal y resulta que no es así.
 
El artículo 79 del programa electoral de 2011 proponía, textualmente, "eliminar los privilegios fiscales concedidos a las sociedades de inversión de capital variable". Fíjese el lector que esta propuesta nada dice de los parlamentarios, sino de las sociedades, por lo que Díez o cualquiera podría argumentar que no ha hecho nada en contra de su programa electoral. Cierto, pero su presencia en el Sicav alimenta la opacidad del fondo, por lo que si se atreviese a salir airosa con este argumento, el corrimiento a gorrazos sería de época.

En conclusión, Medina ha vuelto a poner el dedo en la llaga y sin ambages, sin medias tintas y a las claras, como ya hiciera en el pasado con las famosas fotocopias de Olalla, y cabe recordar que este partido nació como alternativa al bipartidismo, lo que pasa es que pocos se acuerdan porque lo de la memoria histórica, en fin, que falla un poco.

La alternativa, al parecer, es hacer lo mismo que los demás, ser miembros del selecto club de los que ponen el cazo y excusarse cuando te pillan con las manos en el cajón del pan. El artículo 79 se lo han pasado por el mismísimo, y siguen en su puesto, como si nada. Todos, menos Willy Meyer, claro. Pero Rosa es mucha Rosa, si dimite se carga el partido. Fijo.

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