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Exposición del pintor literario Juan Vida en la sala de exposiciones de la fábrica del Pilar

Exposición del pintor literario Juan Vida en la sala de exposiciones de la fábrica del Pilar

Jesús González.- Este viernes a las 21 horas se inaugura en la  sala de exposiciones «Almacén de azúcar» de la fábrica Nuestra Señora del Pilar de Motril la exposición del pintor Juan Vida.

 Juan Vida es un pintor literario, que pinta con un acento  sombrío y melancólico, que la llegada de su hija desde China ha traído nuevas luces  a su trabajo. Son 13 cuadros que cuentan la historia de una adopción junto a 13 textos. Un viaje a la paternidad y al sentido de la trascendencia que tiene la educación y la proyección en otra persona. La evolución de la niña a lo largo de los cuadros es muy hermosa. El propio autor escribe de ella: «Viajarás abrazada a tu historia entre lienzos de oro y mares de seda. Serás Oriente en Occidente». 

Érase una vez un artista que cogía los pinceles para pintar historias y que tomaba el lápiz, el bolígrafo, la pluma o el ordenador para trazar relatos y poemas. Ese artista decidió jubilarse como pintor profesional para quedarse como pintor vocacional y ese mismo artista decidió también tener una hija: Coral, nacida en el valle de Lijiang el 24 de junio del 4702, año del Mono de la Madera. 

Y resultó que ese artista pintó unos nuevos cuadros y, cuando llevaba cuatro o cinco rematados, comprobó que conformaban una narración al mismo tiempo que prosiguió con sus escrituras y tuvo idéntica impresión: los textos conformaban un relato. Fue más allá aún. Se trataba de la misma historia, y esa historia —trece cuadros y otros trece textos— puede contemplarse, verse, leerse en la exposición: «Un cuento chino», una auténtica explosión de coloridos, un bombeo de sentimientos y un puñado de emociones bajo ese título.

Reconoce Juan Vida que se trata de un título que puede llamar a engaño por la connotación peyorativa que tienen esas tres palabras, sostiene que siempre ha defendido la ironía y el distanciamiento a la hora de poner títulos a sus creaciones y reafirma que la narración pictórica y literaria que presenta es un cuento chino en el más elevado sentido de estas tres palabras. Según Julio Neira: «Aquí la poesía no ilustra la pintura ni la pintura es un pié de foto de la poesía. Es una única creación en dos lenguajes armónicos». 

Un rasgo singular de las obras expuestas es la conjunción armónica en el mismo lienzo, y con independencia de la técnica que utilice su autor, de motivos totalmente realistas —incluso con detalles que amagan el hiperrealismo— con otros motivos y elementos difuminados que llegan a terminar en la abstracción o en manchas de color. Asimismo, los textos que aparecen son una mezcla armónica de realismo, misterio y la carga lírica de los cuentos. La combinación existente está siempre vinculada a su poesía: «hago lo que quiero» y al diseño: «hago lo que me encargan».

 

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