En la costa se contabilizan unos 6.000 invernaderos y 9.000 ha de subtropicales

Motril@Digital.- La crisis económica ha hecho que más de un granadino mire al campo como modo de supervivencia. El número de hectáreas y de agricultores se ha vuelto a incrementar este año en la costa teniendo como principales mercados Europa y países del Este.

La agricultura intensiva de invernadero ocupa en la actualidad más de 50.000 has. en las provincias de Almería, Murcia y Granada. Recientemente esta técnica de cultivo se ha extendido hacia el municipio de Motril  con gran rapidez pasando de 118 has existentes en 1984, a cerca de 6.500 has. en la actualidad.

En la costa se llegan a contabilizar unos 8.000 agricultores que gestionan unos 6.000 invernaderos. A esto hay que añadirle 4.000 hectáreas de cultivos hotícolas al aire libre y cerca de 9.000 hectáreas de subtropicales.

En el ámbito provincial, la hortofruticultura es responsable de algo más del 5% de su PIB y del 6% del empleo total de la misma (ESECA, 1998).

Toda la producción que se genera en el agro del litoral granadino es comercializada por 27 almacenes entre cooperativas y alhóndigas, las cuales se unifican en dos grandes colectivos FAECA y ECOHAL.  La defensa de los agricultores se ponen en manos de las organizaciones agrarias UAGA COAG, ASAJA y UPA.

Las canalizaciones de agua de la presa de Rules son muy demandadas por el sector. Con ellas el costo de producción descendería y la zona cultivable se extendería hasta la cota 400 lo que generaría una mayor oferta de empleo.

Las agricultura es el principal pilar económico de la costa de Granada y un nicho que puede dar trabajo. Muchos de los que se inician en el mundo de la agricultura vienen de la construcción.

La climatología se convierte en el verdadero enemigo del agricultor por lo que se recomienda que se asegure la cosecha. Las ayudas económicas que se reciben desde las distintas administraciones competentes son insuficientes para paliar los daños ante una supuesta catástrofe.

Las altas temperaturas que envuelve en la actualidad la costa de Granada vienen bien para el turismo, no así para la agricultura que se convierte en un enemigo más.  Se teme una saturación de producto y con ello un descenso ostensible de los precios