El doble carril de bajada se estrena con un éxito y promete un verano sin atascos
No es una autovía, pero a falta de pan... más que buenas son las tortas en forma de doble carril. La Dirección General de Tráfico experimentó ayer el desdoblamiento de la Nacional 323, en sentido Motril, que permitió por primera vez en la historia, que los vehículos pudieran circular en dos carriles desde la capital hasta la Costa. Y fue un éxito.
El kilómetro 166 de la N-323 es el fin de la autovía y hasta ayer el comienzo de la pesadilla. La solución ahora, en este punto, es la creación de un carril extra -utilizando los arcenes- que parten la vía y permiten la circulación de dos filas de vehículos, delimitadas por conos, en dirección hacia Motril. Al abandonar la autovía, los vehículos que han elegido el carril de la izquierda son encauzados hacia el Puente de Ízbor, mientras que la circulación del carril de la derecha se desvía hacia el túnel de Ízbor. Ahí está la novedad; ideada para salvar el único punto en el que era imposible instalar el doble carril, y que se solventa con este desvío.
Los vehículos se vuelven a unificar pasado el puente de Ízbor y, gracias al carril extra, se puede circular en dos filas hasta pasado el cruce con la Nacional 340, a la altura de Salobreña.
El resultado del primer sábado con doble carril en sentido Motril, según informa la Guardia Civil de Tráfico, fue cuanto menos esperanzador: ni una cola y tráfico fluido incluso en las horas punta de la mañana, cuando los vehículos aprovechan para bajar a la playa. El trayecto desde Granada capital hasta el cruce de Motril pudo realizarse en apenas media hora. El año pasado, ya en estas mismas fechas, la imagen de las mañanas de los sábados en la carretera de Granada a la Costa era la de colas de vehículos literalmente parados en tramos conflictivos, como la presa de Rules o Vélez. En julio y agosto, lógicamente la cosa empeoraba hasta hacerse insoportable. Unas imágenes que, vista la experiencia de hoy, pueden haber pasado a la historia. La primera jornada con doble carril de bajada hacia la Costa estuvo marcada, eso sí, por los despistes iniciales y la sorpresa de muchos conductores que no sabían bien como actuar al toparse con el carril adicional, una vez terminada la autovía. Así, por ejemplo, por inercia, todos se colocaban en el carril la derecha, y eran desviados por el túnel de Ízbor. Un punto que la Guardia Civil de Tráfico vigiló toda la mañana, para indicar a los conductores las novedades. Sin embargo muchos criticaron la falta de señalización.
Otro de los problemas fue el exceso de velocidad de los que se emocionaron con el doble carril: ayer en la bajada a la Costa adelantaban vehículos a 140 kilómetros por hora, cuando en el carril adicional la velocidad máxima no debe sobrepasar los 80, por el peligro que conlleva la estrechez y la falta de arcenes. De hecho, los conductores menos experimentados, se llevaron por delante algún que otro cono, y muchos manifestaron su «miedo» al circular por los carriles tan ajustados.
Desde Tráfico no se había visto claro el posible desdoblamiento de la N-323, en sentido a Motril, más complicado que la subida. La posibilidad estaba en estudio y la Subdelegación del Gobierno ha querido ahora agilizarla e implantarla para que estuviese lista este mismo verano. Los carriles adicionales se instalarán así en la N-323, los sábados y domingos por la mañana en dirección a la Costa. Y a la vuelta, para la subida de los domingos, también en la N-323 y en la N-340, desde la salida a Salobreña hasta la N-323, en sentido a Granada.
El kilómetro 166 de la N-323 es el fin de la autovía y hasta ayer el comienzo de la pesadilla. La solución ahora, en este punto, es la creación de un carril extra -utilizando los arcenes- que parten la vía y permiten la circulación de dos filas de vehículos, delimitadas por conos, en dirección hacia Motril. Al abandonar la autovía, los vehículos que han elegido el carril de la izquierda son encauzados hacia el Puente de Ízbor, mientras que la circulación del carril de la derecha se desvía hacia el túnel de Ízbor. Ahí está la novedad; ideada para salvar el único punto en el que era imposible instalar el doble carril, y que se solventa con este desvío.
Los vehículos se vuelven a unificar pasado el puente de Ízbor y, gracias al carril extra, se puede circular en dos filas hasta pasado el cruce con la Nacional 340, a la altura de Salobreña.
El resultado del primer sábado con doble carril en sentido Motril, según informa la Guardia Civil de Tráfico, fue cuanto menos esperanzador: ni una cola y tráfico fluido incluso en las horas punta de la mañana, cuando los vehículos aprovechan para bajar a la playa. El trayecto desde Granada capital hasta el cruce de Motril pudo realizarse en apenas media hora. El año pasado, ya en estas mismas fechas, la imagen de las mañanas de los sábados en la carretera de Granada a la Costa era la de colas de vehículos literalmente parados en tramos conflictivos, como la presa de Rules o Vélez. En julio y agosto, lógicamente la cosa empeoraba hasta hacerse insoportable. Unas imágenes que, vista la experiencia de hoy, pueden haber pasado a la historia. La primera jornada con doble carril de bajada hacia la Costa estuvo marcada, eso sí, por los despistes iniciales y la sorpresa de muchos conductores que no sabían bien como actuar al toparse con el carril adicional, una vez terminada la autovía. Así, por ejemplo, por inercia, todos se colocaban en el carril la derecha, y eran desviados por el túnel de Ízbor. Un punto que la Guardia Civil de Tráfico vigiló toda la mañana, para indicar a los conductores las novedades. Sin embargo muchos criticaron la falta de señalización.
Otro de los problemas fue el exceso de velocidad de los que se emocionaron con el doble carril: ayer en la bajada a la Costa adelantaban vehículos a 140 kilómetros por hora, cuando en el carril adicional la velocidad máxima no debe sobrepasar los 80, por el peligro que conlleva la estrechez y la falta de arcenes. De hecho, los conductores menos experimentados, se llevaron por delante algún que otro cono, y muchos manifestaron su «miedo» al circular por los carriles tan ajustados.
Desde Tráfico no se había visto claro el posible desdoblamiento de la N-323, en sentido a Motril, más complicado que la subida. La posibilidad estaba en estudio y la Subdelegación del Gobierno ha querido ahora agilizarla e implantarla para que estuviese lista este mismo verano. Los carriles adicionales se instalarán así en la N-323, los sábados y domingos por la mañana en dirección a la Costa. Y a la vuelta, para la subida de los domingos, también en la N-323 y en la N-340, desde la salida a Salobreña hasta la N-323, en sentido a Granada.
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