Mil setecientos niños con enfermedades neurológicas que han trabajado con delfinoterapia en el parque Aqualand de Tenerife, el único de Europa que desarrolla este método desde hace diez años gratuitamente, han experimentado "importantes mejoras"
Unos mil setecientos niños con enfermedades neurológicas que han trabajado con delfinoterapia en el parque Aqualand de Tenerife , el único de Europa que desarrolla este método desde hace diez años gratuitamente, han experimentado "importantes mejoras".
Así lo aseguró el director técnico del delfinario, José Luis Barbero, que participa en un seminario sobre la intervención en trastornos de la infancia y la adolescencia de los IV Cursos de Verano que la Universidad de Granada celebra en Almuñécar.
Los programas de trabajo son diseñados por expertos y desarrollados por terapeutas que hacen que los niños, de entre 8 y 12 años, interactúen con los delfines en las piscinas haciendo ejercicios y recibiendo las ondas ultrasónicas de los cetáceos, que se cree que generan endorfinas y otras sustancias que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas e incentivan el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales.
Barbero advirtió de que "hay cierta especulación" en torno a la delfinoterapia, que se usa comercialmente en algunos países, "ya que algunos especialistas intentan aprovecharse de la ansiedad de los padres y les prometen mejoras que no son tales".
Por ello defendió que aunque en los niños tratados en Tenerife han experimentado mejoras "muy marcadas", este tipo de zooterapia "debe hacerse junto a otras complementarias".
Una de las ventajas que ofrece es que los padres trabajan junto a sus hijos, "lo que les estimula mucho y hace que haya mejorías importantes en la relación familiar", aseguró Barbero.
En Aqualand se trabaja con cuatro delfines hembras en edad reproductora porque "son más dóciles" -Yáiza, Cande, Yemaya y Gara- y con niños que padecen parálisis cerebral, autismo o síndrome de Down, entre otros problemas neurológicos, y que llegan "de toda Europa". "Cuanto más prematuro sea el diagnóstico mayores son las posibilidades de mejoría", apuntó Barbero, quien explicó que los padres de una niña suiza de 9 años han logrado una subvención del Gobierno de su país para el desplazamiento y la estancia al demostrarse su evolución, ya que la delfinoterapia se ofrece en Tenerife de forma gratuita.
Explicó que se usa la estimulación emocional del medio acuático y los delfines, con lo que "se estimula el aparato psicomotriz y se mejora la relajación y el riego sanguíneo".
El director técnico del delfinario recordó que la zooterapia es "conocida desde la antigüedad" y que ya se saben sus beneficios con perros o caballos, a los que también se han incorporado los delfines.
No se emplean otros cetáceos como la orca porque su peso, una media de nueve toneladas, podría resultar peligroso para los niños, mientras que la foca o el león marino no tienen las pautas de conducta adecuadas para la terapia.
Así lo aseguró el director técnico del delfinario, José Luis Barbero, que participa en un seminario sobre la intervención en trastornos de la infancia y la adolescencia de los IV Cursos de Verano que la Universidad de Granada celebra en Almuñécar.
Los programas de trabajo son diseñados por expertos y desarrollados por terapeutas que hacen que los niños, de entre 8 y 12 años, interactúen con los delfines en las piscinas haciendo ejercicios y recibiendo las ondas ultrasónicas de los cetáceos, que se cree que generan endorfinas y otras sustancias que ayudan a mejorar la conexión entre las neuronas e incentivan el funcionamiento de ambos hemisferios cerebrales.
Barbero advirtió de que "hay cierta especulación" en torno a la delfinoterapia, que se usa comercialmente en algunos países, "ya que algunos especialistas intentan aprovecharse de la ansiedad de los padres y les prometen mejoras que no son tales".
Por ello defendió que aunque en los niños tratados en Tenerife han experimentado mejoras "muy marcadas", este tipo de zooterapia "debe hacerse junto a otras complementarias".
Una de las ventajas que ofrece es que los padres trabajan junto a sus hijos, "lo que les estimula mucho y hace que haya mejorías importantes en la relación familiar", aseguró Barbero.
En Aqualand se trabaja con cuatro delfines hembras en edad reproductora porque "son más dóciles" -Yáiza, Cande, Yemaya y Gara- y con niños que padecen parálisis cerebral, autismo o síndrome de Down, entre otros problemas neurológicos, y que llegan "de toda Europa". "Cuanto más prematuro sea el diagnóstico mayores son las posibilidades de mejoría", apuntó Barbero, quien explicó que los padres de una niña suiza de 9 años han logrado una subvención del Gobierno de su país para el desplazamiento y la estancia al demostrarse su evolución, ya que la delfinoterapia se ofrece en Tenerife de forma gratuita.
Explicó que se usa la estimulación emocional del medio acuático y los delfines, con lo que "se estimula el aparato psicomotriz y se mejora la relajación y el riego sanguíneo".
El director técnico del delfinario recordó que la zooterapia es "conocida desde la antigüedad" y que ya se saben sus beneficios con perros o caballos, a los que también se han incorporado los delfines.
No se emplean otros cetáceos como la orca porque su peso, una media de nueve toneladas, podría resultar peligroso para los niños, mientras que la foca o el león marino no tienen las pautas de conducta adecuadas para la terapia.
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