Expertos en Biomedicina advierten del resurgimiento de enfermedades que se creían controladas
El sarampión, la polio, la viruela, la peste o la tuberculosis suenan a enfermedades de la Edad Media para las que se buscó una solución en su día y afectan de forma limitada al ser humano. Nada más lejos de la realidad porque, según apuntan los científicos reunidos en el curso "Tendencias en Biomedicina" del centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, las enfermedades infecciosas que el hombre controló hace tiempo vuelven a entrar en escena aumentadas ahora por los condicionantes del mundo actual.
Y estos nuevos factores que modifican la incidencia de la patología guardan relación con el medio en el que se desarrollan las sociedades. El hombre modifica su entorno y con él los agentes infecciosos a los que se expone. Además hay que tener en cuenta que las enfermedades no se producen ya en aldeas aisladas donde viven poblaciones reducidas. Las grandes aglomeraciones urbanas promueven la extensión de la enfermedad a muchos sujetos. Si a esto se une la gran movilidad que proporcionan los medios de transporte y da lugar a una rápida transmisión, el virus o la bacteria en cuestión, el resultado es claro: enfermedades de antes pero con efectos actuales incrementados.
Esta resurrección de enfermedades exterminadas lleva a los expertos a proclamar su llamamiento de no bajar la guardia. El hombre pensó que podía controlar estas enfermedades y acabar con ellas pero es una lucha continua porque el agente infeccioso sobrevive y se vuelve más resistente, explica el director del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, Antonio Osuna Carrillo de Albornoz.
Sanidad y países subdesarrolados
Las desigualdades entre el denominado primer mundo y los países en vías de desarrollo también se aprecian, según Osuna, en los tratamientos de las enfermedades. Tenemos una sanidad para un cuarto de la humanidad, el resto vive con procedimientos y avances similares a los de la Edad Media, reconoce el director del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada y comenta que la atención para la resolución de una enfermedad depende de su incidencia en los países desarrollados. Osuna aporta un dato, el número de muertos que ocasiona el SIDA en veinte años se producen por paludismo en dos años.
En cuanto a los tratamientos para enfermedades neurodegenerativas, el director del Instituto de Biotecnología afirma que, por ahora, los fármacos tienen efectos paliativos. Con respecto al SIDA los fármacos van dirigidos a que el virus no se replique, pero no a erradicarlo mediante una vacuna.
Además, el curso ha abordado las causas de enfermedades complejas, como el cáncer, inmunitarias o degenerativas, además de las patologías de origen genético. Todo, según Osuna, con el objetivo de despertar nuevas vocaciones en Biomedicina y aportar una visión de investigaciones potentes que se realizan en esta materia en España. El seminario contó con la presencia del ex director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza.
Y estos nuevos factores que modifican la incidencia de la patología guardan relación con el medio en el que se desarrollan las sociedades. El hombre modifica su entorno y con él los agentes infecciosos a los que se expone. Además hay que tener en cuenta que las enfermedades no se producen ya en aldeas aisladas donde viven poblaciones reducidas. Las grandes aglomeraciones urbanas promueven la extensión de la enfermedad a muchos sujetos. Si a esto se une la gran movilidad que proporcionan los medios de transporte y da lugar a una rápida transmisión, el virus o la bacteria en cuestión, el resultado es claro: enfermedades de antes pero con efectos actuales incrementados.
Esta resurrección de enfermedades exterminadas lleva a los expertos a proclamar su llamamiento de no bajar la guardia. El hombre pensó que podía controlar estas enfermedades y acabar con ellas pero es una lucha continua porque el agente infeccioso sobrevive y se vuelve más resistente, explica el director del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, Antonio Osuna Carrillo de Albornoz.
Sanidad y países subdesarrolados
Las desigualdades entre el denominado primer mundo y los países en vías de desarrollo también se aprecian, según Osuna, en los tratamientos de las enfermedades. Tenemos una sanidad para un cuarto de la humanidad, el resto vive con procedimientos y avances similares a los de la Edad Media, reconoce el director del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada y comenta que la atención para la resolución de una enfermedad depende de su incidencia en los países desarrollados. Osuna aporta un dato, el número de muertos que ocasiona el SIDA en veinte años se producen por paludismo en dos años.
En cuanto a los tratamientos para enfermedades neurodegenerativas, el director del Instituto de Biotecnología afirma que, por ahora, los fármacos tienen efectos paliativos. Con respecto al SIDA los fármacos van dirigidos a que el virus no se replique, pero no a erradicarlo mediante una vacuna.
Además, el curso ha abordado las causas de enfermedades complejas, como el cáncer, inmunitarias o degenerativas, además de las patologías de origen genético. Todo, según Osuna, con el objetivo de despertar nuevas vocaciones en Biomedicina y aportar una visión de investigaciones potentes que se realizan en esta materia en España. El seminario contó con la presencia del ex director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza.
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