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La carencia de minerales en el organismo puede ser el origen de enfermedades cardiovasculares, según resultados clínicos obtenidos en la Universidad de Granada

La carencia de minerales en el organismo puede ser el origen de enfermedades cardiovasculares, según resultados clínicos obtenidos en la Universidad de Granada El actual sistema de vida y la industrialización indiscriminada del sector de los alimentos, han hecho que muchas personas no consuman la cantidad de minerales necesarias y que determinadas enfermedades crónicas sean resultado de este déficit. Además,hoy en día la principal causa de mortalidad en los países occidentales la constituyen las enfermedades cardiovasculares.

Estas circunstanciashan promovido que un grupo de médicos de la Universidad de Granada lleven a cabo su investigación para determinar la relación existente entre las concentraciones de elementos esenciales como el cinc y el magnesio y el grado de afectación en grupos de pacientes con diferentes patologías, con el fin de poder mejorar su calidad de vida.

Ensayos clínicos

A partir de un estudio previo, donde participaron más de mil personas sanas de Granada y provincia, los investigadores determinaron los valores normales de cinc en el organismo, obteniendo un resultado homogéneo e independiente del sexo o la edad. Sin embargo, estos valores se vieron alterados en pacientes con insuficiencia hepática, problemas respiratorios crónicos, infecciones, neoplasias, accidentes cerebrovasculares, diabéticos, etc., presentando unas concentraciones de cinc más bajas en los casos de mayor gravedad.

Las causas de esta disminución son debidas fundamentalmente a una dieta inadecuada o a la existencia de un problema renal. Por eso, y descartado este último, a los pacientes con niveles muy bajos se les administró un tratamiento a base de comprimidos de cinc, mientras que en los casos más leves, una alimentación variada y rica en estos elementos bastó para observar su mejoría.

También se ha comprobado que individuos jóvenes con hipertensión arterial, bien alimentados y sin dolencias renales, mostraban valores de cinc inferiores a lo normal. El origen de esta carencia podría estar relacionada con la medicación que estos pacientes toman para controlar la tensión, que puede favorecer la excreción de cinc del organismo.

Por otro lado, el magnesio tiene un papel esencial en la contracción y la relajación muscular, mejorando la salud cardiovascular. La deficiencia de magnesio se traduce en una hipertensión arterial, situación que se agrava teniendo en cuenta que el 40% de la población hipertensa tiene también el colesterol alto. El tratamiento con suplementos de magnesio en pacientes diabéticos ha demostrado que se trata de una terapia adyuvante, pues no sólo permite controlar la tensión, porque también ayuda a reducir el colesterol.

Alimentación equilibrada

Los oligoelementos, también conocidos como elementos traza, son sustancias que se precisan en pequeñas dosis pero que resultan indispensables para el correcto funcionamiento de casi todos los procesos fisiológicos que promueven la salud en los seres vivos. Son el magnesio, cobre, cinc, molibdeno, manganeso, cobalto, flúor, azufre y cloro. Como el organismo no puede fabricarlos, debe utilizar las fuentes exteriores de los mismos, como son los alimentos. Estos minerales no permanecen estáticos, sino que son transportados a todo el cuerpo y eliminados por excreción, de forma que no existen reservas sustanciales y es necesaria una adecuada ingestión diaria de estos elementos.

Sin embargo, la cifra de estas sustancias en la dieta está descendiendo notoriamente, mientras que los contenidos de proteínas, grasa, azúcar y calcio se han elevado. Además, ocurre que durante los procesos de manipulación, estabilización y conservación de los alimentos, se pierde la mayor parte de los oligoelementos. Como consecuencia, el resultado es un desequilibrio funcional de estos elementos en la población.

La buena nutrición consiste en comer una variedad de alimentos como carne, pescado, legumbres, frutas, verduras yfrutos secos;limitar el consumo de ciertos alimentos y bebidas, y controlar la cantidad de alimentos y calorías que se ingieren. Una alimentación equilibrada ayuda a reducir el riesgo cardiovascular porque reduce tanto el colesterol y la presión arterial como el peso.

Factores de riesgo

Junto a los hábitos alimenticios, existen una serie de factores que potencian el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como son la obesidad, la diabetes, el sedentarismo, el tabaquismo, el colesterol, la hipertensión arterial y el estrés excesivo, entre otros.

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