La presión vecinal obliga a cerrar dos centros de acogida de "niños patera"
La mala fama que se han ganado algunos menores conflictivos -"niños patera" con adicciones al pegamento adquiridas en sus países de origen y que han amargado la vida a sus vecinos, por ejemplo en Motril- está perjudicando a todo el colectivo de menores tutelado por la Junta de Andalucía. Por más que desde la consejería de Igualdad y Bienestar Social expliquen que las casas de acogida no son reformatorios, ni sus niños delincuentes, parece que en la provincia granadina nadie quiere uno de estos centros de menores cerca. La presión de las protestas vecinales ha obligado a la Junta a cerrar las casas de acogida, gestionadas por ONG, que tenían en Motril y La Zubia.
"Yo siempre digo que la que cierra los centros no es la presión vecinal, es la Junta, pero lógicamente por problemas en el funcionamiento. Ésto no se ha hecho de la noche a la mañana, sino después de estudiar la situación y solucionar el realojo de los menores", puntualiza el jefe provincial del Servicio de Menores de la Junta de Andalucía, Emilio Rull.
Los choques con los otros vecinos del bloque son frecuentes en los pisos tutelados que la Junta tiene repartidos por toda la provincia. Pero la situación llegó a ser insoportable para los vecinos en La Zubia y Motril.
En el caso de la localidad costera, los seis menores magrebíes tutelados en el piso de acogida de la calle Ancha, gestionado por la Asociación Mensajeros de la Paz, tenían atemorizado e intimidado al vecindario. Esnifaban pegamento en la escalera, agredían a otros niños, llegaban borrachos e insultaban a los residentes de todo el bloque, según denunciaban sus vecinos. Era un centro de acogida básico, no de menores conflictivos, pero los estos "niños patera" traían de cabeza hasta a sus educadores.
A OTRAS PROVINCIAS
Las llamadas a la Policía, y las protestas al Servicio de Menores de la Junta por parte de los vecinos han sido continuas hasta que, en este mes de agosto, han conseguido el cierre. "Nos hemos quedado en la gloria. Vivíamos asustados y ahora hemos recuperado la tranquilidad", aseguran los vecinos motrileños consultados.
En La Zubia fue el propio Ayuntamiento, a raíz de las protestas vecinales, el que anunció el pasado mes de julio que cerraría el centro "Villa Isabel", gestionado por la Asociación "Docete Omnes", argumentando que carecía de licencia municipal. La delegada provincial de Bienestar Social negoció el retraso del cierre de la casa de acogida, que se ha consumado este miércoles (24 de agosto). Los niños -en este caso sí considerados "en conflicto social"- han tenido que ser realojados en centros de otras provincias.
DOS CENTROS
La Junta tiene dos centros de acogida inmediata de menores en la capital, donde los chicos permanecen entre tres y seis meses hasta que se les valora y se decide en qué casa de acogida se les aloja. En total, la Administración dispone de 354 plazas, de las que en estos momentos solo quedan diez libres, por el espectacular aumento de llegadas de "niños patera", que este año ya ha puesto en más de un aprieto a la Junta.
Con los cierres de La Zubia y Motril se han perdido doce plazas, que la Junta ya ha remediado en parte al conveniar diez nuevas plazas con Cruz Roja en la capital. Pero además, desde el Servicio de Menores se va a tratar de conveniar nuevas plazas en la provincia, cambiando el modelo de pisos tutelados por casas unifamiliares para evitar problemas.
Los buscan en las localidades del Área Metropolitana que, "quizá porque los vecinos se conocen menos", son los más tolerantes con estos centros y tienen la ventaja de la cercanía a la capital, para que los menores no tengan que cambiar de colegio o instituto.
"Yo siempre digo que la que cierra los centros no es la presión vecinal, es la Junta, pero lógicamente por problemas en el funcionamiento. Ésto no se ha hecho de la noche a la mañana, sino después de estudiar la situación y solucionar el realojo de los menores", puntualiza el jefe provincial del Servicio de Menores de la Junta de Andalucía, Emilio Rull.
Los choques con los otros vecinos del bloque son frecuentes en los pisos tutelados que la Junta tiene repartidos por toda la provincia. Pero la situación llegó a ser insoportable para los vecinos en La Zubia y Motril.
En el caso de la localidad costera, los seis menores magrebíes tutelados en el piso de acogida de la calle Ancha, gestionado por la Asociación Mensajeros de la Paz, tenían atemorizado e intimidado al vecindario. Esnifaban pegamento en la escalera, agredían a otros niños, llegaban borrachos e insultaban a los residentes de todo el bloque, según denunciaban sus vecinos. Era un centro de acogida básico, no de menores conflictivos, pero los estos "niños patera" traían de cabeza hasta a sus educadores.
A OTRAS PROVINCIAS
Las llamadas a la Policía, y las protestas al Servicio de Menores de la Junta por parte de los vecinos han sido continuas hasta que, en este mes de agosto, han conseguido el cierre. "Nos hemos quedado en la gloria. Vivíamos asustados y ahora hemos recuperado la tranquilidad", aseguran los vecinos motrileños consultados.
En La Zubia fue el propio Ayuntamiento, a raíz de las protestas vecinales, el que anunció el pasado mes de julio que cerraría el centro "Villa Isabel", gestionado por la Asociación "Docete Omnes", argumentando que carecía de licencia municipal. La delegada provincial de Bienestar Social negoció el retraso del cierre de la casa de acogida, que se ha consumado este miércoles (24 de agosto). Los niños -en este caso sí considerados "en conflicto social"- han tenido que ser realojados en centros de otras provincias.
DOS CENTROS
La Junta tiene dos centros de acogida inmediata de menores en la capital, donde los chicos permanecen entre tres y seis meses hasta que se les valora y se decide en qué casa de acogida se les aloja. En total, la Administración dispone de 354 plazas, de las que en estos momentos solo quedan diez libres, por el espectacular aumento de llegadas de "niños patera", que este año ya ha puesto en más de un aprieto a la Junta.
Con los cierres de La Zubia y Motril se han perdido doce plazas, que la Junta ya ha remediado en parte al conveniar diez nuevas plazas con Cruz Roja en la capital. Pero además, desde el Servicio de Menores se va a tratar de conveniar nuevas plazas en la provincia, cambiando el modelo de pisos tutelados por casas unifamiliares para evitar problemas.
Los buscan en las localidades del Área Metropolitana que, "quizá porque los vecinos se conocen menos", son los más tolerantes con estos centros y tienen la ventaja de la cercanía a la capital, para que los menores no tengan que cambiar de colegio o instituto.
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