Marruecos hace oídos sordos ( Heraldo de Soria)
La costa andaluza vive este drama regularmente desde hace años y la policía la asume con la humanidad que toda persona merece, y más en las condiciones en que muchas de esas personas llegan. Pero resulta intolerable que España acepte esta situación que está siendo permitida, cuando no alentada, por un Gobierno vecino que, en recientes conversaciones con el presidente Rodríguez Zapatero, aceptó ponerle coto. No podemos ignorar, ni lo ignorará tampoco el Gobierno marroquí, que este tráfico ilegal de desesperados, que vienen a nuestras costas en busca de la simple subsistencia que no les ofrece su país, está en manos de mafias que les engañan y roban, y esta red de delincuentes, en un país de las características de Marruecos, no puede existir sin la connivencia de las autoridades.
Lo que está ocurriendo desde hace tiempo en el Estrecho de Gibraltar es una burla a un país vecino, España, que permanentemente está dando muestras de buena voluntad y que merece mejor trato por parte de Marruecos. Una burla que el Gobierno español deberá atajar seriamente y no permitir que la nación alauí siga sorda y ciega, pese a sus promesas, esta tragedia de las pateras o a las avalanchas humanas como las que recientemente se han producido en la frontera de Melilla. Marruecos no cumple con su parte y España se lo debe de exigir.
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