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La Iglesia San Antonio de Lobres restaura el retablo mayor

Tras un año de trabajo, ya se encuentra totalmente ensamblado y con una nueva iluminación que resalta la restauración realizada por una empresa especializada.

La iglesia San Antonio de Lobres ya ha estrenado estos días su renovado retablo mayor, después de que durante un periodo de un año fuera sometido a un intenso proceso de restauración. El retablo se encontraba muy deteriorado y deslucido por la acción del paso del tiempo, ya que data de finales del siglo XVIII.

Se trataba de una obra muy demanda por los vecinos del anejo y que según el concejal delegado, Juan de Dios Márquez, "era muy necesaria tanto por su valor histórico como por lo que representa para los lobreños".

La estructura de madera se encontraba carcomida por la acción de los insectos, algunas piezas se encontraban fuera de sitio y los anclajes a las paredes estaban debilitados. Este trabajo de puesta en valor ha sido acometido por cuatro técnicos licenciados en restauración, encabezados por Dionisio Alonso, quien explicó que para llevarlo a cabo hubo que desmontar totalmente el retablo, para luego someterlo a un tratamiento antixilófago y a un refuerzo de las maderas traseras.

Alonso explicó que "en la parte visible de la policromía se han fijado los oros que estaban por desprenderse, se ha retirado la suciedad y se han reintegrado todas las zonas de oro que se habían perdido". No obstante, recalcó, "se ha respetado la obra original, nunca solapándola con el trabajo de restauración, para que se note qué es lo restaurado y qué es lo original". Ahora el retablo luce la policromía que se encontraba oculta y aparecen los dorados originales en todo su esplendor, de forma que para Dionisio Alonso "ha ganado mucho estéticamente", además del valor de la intervención desde el punto de vista cultural.

El restaurador aseguró que ahora habrá que hacer hincapié en el mantenimiento y la conservación del retablo, para que el trabajo realizado dure el mayor tiempo posible. En este sentido, hizo un llamamiento a los usuarios de la iglesia de San Antonio para que no coloquen floreros que puedan verter agua y otros elementos que lo puedan deteriorar. Además, aconsejó la limpieza del polvo en seco y que la iluminación se reduzca al máximo posible, de forma que no resulte afectado por la fotooxidación.

El retablo mayor de la Iglesia de Lobres es de madera policromada, mide cinco metros de ancho por siete de altura, y está formado por dos cuerpos y tres calles que descansan en un banco, rematado por una cruz dorada. Construido a finales del siglo XVIII, parte de su valor histórico radica en sus laterales, que datan del siglo XVI.

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