Inmonaranja, empresa inmobiliaria afincada en Motril, compra y vende islas
Inmonaranja, empresa inmobiliaria afincada en Motril, ha puesto de moda un concepto novedoso dentro del sector de la compra-venta de propiedades en nuestro país: la adquisición de islas en todo el mundo. Ahora, su propietario, Gabriel Medina, se dispone a expandir su iniciativa empresarial a través del sistema de franquicias.
La compra-venta de islas parece haberse convertido en la gran novedad del negocio inmobiliario durante este año. En tan sólo tres meses, una pequeña empresa granadina que operaba en el sector se ha convertido en la intermediaria entre propietarios de islas en venta y sus posibles compradores.
A pesar de tratarse de unas operaciones que no están al alcance de muchos, la idea parece haberse popularizado y en este momento Gabriel Medina, propietario de Inmonaranja, estudia la posibilidad de comenzar a franquiciar su concepto de negocio a partir de mediados del próximo año.
Medina ha asegurado que ya cuenta con varias ofertas para expandir su enseña a Murcia, Sevilla y sobre todo a Madrid, aunque no se cierra a otras posibilidades como “permitir el co-branding, esto es, que grandes inmobiliarias afincadas en España compartan su marca y adopten la enseña “Inmonaranja” para la actividad de la compra-venta de islas”.
Además de ofrecer toda su experiencia y contactos para abrir camino en esta novedosa actividad dentro del sector inmobiliario, Medina ha puesto en marcha todo tipo de ideas para diferenciar su negocio del resto, a través del uso de las nuevas tecnologías.
Dentro de estas iniciativas destacan la utilización del teléfono móvil para dar a conocer la información de las propiedades en venta entre los posibles compradores, sistema que utilizó para comprar su primera isla, experiencia que ha repetido en múltiples ocasiones.
Hasta el momento, Inmonaranja mantiene a la venta más de 10 islas en diferentes continentes cuyo precio oscila entre los 20.000 euros que cuesta una pequeña parcela flotante en Nicaragua, y los 56 millones de euros que tendría que desembolsar el interesado en adquirir la isla de Vatuvara, en el Océano Índico.
Además de proporcionar esta clase de producto a los clientes interesados, Medina asegura que “son muchos los poseedores de terrenos flotantes que se ponen en contacto con él” para vender sus “inmuebles”, especialmente grandes magnates afincados en Brasil, Chile y Colombia.
Una auténtica novedad en el sector inmobiliario que arranca con fuerza y muchas posibilidades de convertirse en una práctica habitual para las empresas dedicadas a la compra-venta de inmuebles.
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