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Condenado por robo el fugitivo que se atrincheró armado en Castell de Ferro

Un juzgado de Motril ha condenado a Francisco Antonio M.M., el fugitivo que permaneció atrincherado y armado durante 18 horas en una vivienda de Castell de Ferro el pasado 31 de octubre, a cuatro años de cárcel por un robo con violencia que cometió con anterioridad a ese suceso.

La sentencia, a la que tuvo acceso la prensa también impone la misma condena a J.G.M., la chica que le acompañó durante el robo cometido a punta de navaja el pasado 26 de octubre en una vivienda de Motril.

Francisco Antonio M.M. tiene aún varias causas pendientes de enjuiciar, entre ellas las que motivaron su atrincheramiento en una vivienda de Castell de Ferro días después de aquel robo.

Cuando se atrincheró, el acusado estaba en busca y captura desde el pasado 17 de octubre por la presunta comisión de un delito de homicidio al ser el autor del disparo por el que resultó herida en el brazo izquierdo una mujer con la que había mantenido una relación sentimental y que se interpuso en la trayectoria de la bala dirigida al marido de ésta, que había sido excarcelado ese mismo día.

También está pendiente de ser enjuiciado por los delitos de tenencia ilícita de armas y atentando cometidos con el encierro protagonizado en Castell de Ferro, así como por unas amenazas en el ámbito familiar ocurridas con anterioridad a ese hecho.

Según la sentencia por la que ahora ha sido condenado, la noche del pasado 26 de octubre los dos acusados, de común acuerdo y con animo de beneficiarse económicamente, entraron en una vivienda en Motril y despertaron a su inquilino a punta de navaja.

El hombre, apuntado con la navaja por la chica, fue coaccionado bajo amenazas para que entregara el dinero del que dispusiera, por lo que entregó una cartera con un DNI y cien euros en su interior.

Durante la celebración de la vista oral, la mujer modificó su declaración y dijo que la persona que lo acompañaba no era Francisco Antonio, sino otro individuo que no quiso identificar.

En el acto del juicio el testigo y perjudicado, a pesar de la minusvalía psíquica que padece, reconoció a ambos acusados como las personas que accedieron a su domicilio para robarle.

En ningún momento durante el juicio quedó acreditado a ciencia cierta el modo con el entraron en la vivienda, según el fallo.

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