Mirar los cuadros de Manuel Rodríguez me llena de satisfacción. A través de cada ventana vislumbro un mundo de fantasía, de emociones, sueño y espontaneidad. Cada hueco que Manolo plasma en sus lienzos me transporta a una dimensión diferente donde lo real y lo mágico conviven en perfecta armonía para expresar un sentimiento, un mensaje de” pax“, un conjunto de sensaciones que invitan a descubrir otras facetas de la realidad. Su temática proyectada en el paisaje, deja a la imaginación del espectador volar por si sola, como cualquier historia bien contada, no exenta de melancolía, en ocasiones de tristeza o alegría. Es un compendio de lo que es y de lo que se desea, lo que se esconde en el simbolismo de sus figuras, que se asemejan a gotas de agua que realza la composición pictórica.
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