Motrileños ilustres serán reconocidos denominando calles de la ciudad con sus nombres

El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Motril, presidido por el alcalde, Carlos Rojas, ha presentado al pleno municipal una propuesta aprobaba por unanimidad por toda la corporación municipal para denominar algunas calles del municipio con el nombre de ciudadanos motrileños, los cuales destacan por su brillante trayectoria profesional y personal, así como por su importante labor en defensa de los intereses culturales y los intereses generales de Motril.  

Así, el equipo de Gobierno propone otorgar dicha distinción a Domingo Cecilio Sánchez Mesa, Francisco Murcia Ruiz, Ramón Portillo Guzmán, Francisco Gijón y  José González Gámez, aunque la ubicación de dichas vías aún está por determinar.  

Domingo Cecilio Sánchez Mesa, nace en el año 1903 en Churriana. Imaginero de profesión, su primer encargo es realizado por el Ayuntamiento de Motril, ciudad donde realiza su primer Crucificado para las religiosas Dominicas. Asimismo, es autor de la magnífica talla del Cristo Yacente en el Sepulcro, datada en el año 1947. Su obra ha dejado huella a lo largo de la historia de nuestra ciudad.  

Francisco Murcia Ruiz, nace en Motril en 1945, realizando estudios superiores y ejerciendo como profesor en distintos centros públicos de nuestra geografía. Militante de Izquierda Unida, su gran vocación política le llevó a ser alcalde de Isla Mayor (Sevilla). Murcia Ruiz muere a la edad de 63 años, y sus compañeros han dicho de él que fue “un extraordinario maestro, trabajador incansable, defensor de causas que a muchos les parecían perdidas y, sobre todo, un amigo”.  

Los comienzos de Ramón Portillo Guzmán como artista se remontan a su más tierna infancia, cuando ya sorprendía con unos dibujos y una imaginación fuera de lo normal para tan temprana edad. Tras los estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, obtuvo el título de profesor de dibujo en 1954 y el de Catedrático en 1963, iniciando su labor como docente en el IES Julio Rodríguez de Motril. Fue, en definitiva un hombre muy querido en esta tierra que lo acogió.  

Francisco Gijón, empresario y político de Motril, era portavoz de una de las cinco comisiones que componen la plataforma por las Infraestructuras de la Costa Tropical. Formó parte como edil de Alianza Popular, en el Gobierno municipal de Enrique Cobo, 1983-1987; también fue presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Motril, y pionero en la composición de asociaciones empresarios como la que presidía, la Asociación de Oficios y Profesiones Varias de la Costa Tropical y de la Alpujarra. Además, formaba parte de la Asociación de Comerciantes del Centro Comercial y desde 1972 dirigía una asesoría. Francisco Gijón era un hombre comprometido por defender los intereses de su ciudad.    

José González Gámez, una vez finalizada la carrera de Derecho, regresa a Motril y comienza su andadura profesional en el despacho de Antonio Consuegra, hasta convertirse en su mano derecha. Con el transcurso de los años, se convierte en un referente de la abogacía en nuestra ciudad. Asimismo, se convirtió en el Decano del Colegio de Abogados de Motril, trabajando para que se construyera el Palacio de Justicia que existe en la actualidad en nuestra ciudad. El consejo General de la Abogacía Española le concedió la Medalla al Mérito en la Abogacía, como reconocimiento a su dilatada trayectoria profesional. Compaginó su actividad de letrado con la de profesor de Derecho de la Escuela de Artes y Oficios de Motril.   

Para concluir, cabe destacar que Carlos Rojas ha mostrado su satisfacción porque esta propuesta sea una realidad, subrayando que “el hecho de denominar algunas calles de nuestra ciudad con el nombre de vecinos tan queridos como estos es una manera de devolverles el cariño que siempre profesaron a Motril, propiciando que su labor, su persona y su recuerdo se perpetúe en el tiempo y se mantenga para siempre en la memoria de todos los motrileños”.