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"TODOS LOS DÍAS AL SOL" por Santiago Malpica Cuello

"TODOS LOS DÍAS AL SOL" por Santiago Malpica Cuello

En los tiempos que corren la situación económica y social roza, por no decir alcanza, niveles de pobreza que hacía años el conjunto de la sociedad española no conocía, o al menos ignoraba felizmente, puesto que, quien más o quien menos, se ajustaba el cinturón para conseguir llegar a fin de mes, abonar su hipoteca o alquiler, letras varias y diversos tributos contributivos tan justos como abusivos. 

El giro de la situación ha provocado un profundo sentimiento de temor y desconfianza para recuperar la anterior posición social y económica, e incluso mirando a un futuro no muy lejano, mejorar lo presente esperarando tiempos mejores. 

A raíz de estos hechos, la comunidad se comienza a desgranar, aumentando las diferencias de clases y eliminando poco a poco la llamada clase media, personas que comparten esfuerzos para salir adelante. Sobra recordar que la oportunidad para nuestra juventud de poder vivir como un individuo independiente es casi nula, debido a la imposibilidad general de afrontar los pagos sin ningún tipo de ayuda familiar. 

El resultado es la incertidumbre generalizada que sopesa en las cabezas de la gente que con mucho tiempo libre y sin dinero, que pasean, con sus frustraciones y desesperanzas, sin rumbo por las esquinas de sus barrios y sin saber que camino coger. 

Por otra parte, la falta de medios económicos de las administraciones las obliga a recortar en gastos e inversiones con unos resultados obvios, falta de higiene y limpieza en las calles, desperfectos sin reparar en los espacios públicos, deficientemente  iluminados, lo que invita a los amantes de lo ajeno a realizar acto de presencia y una proliferación de “autónomos de las esquinas”, que junto con la marginalidad de muchos núcleos poblacionales que por su idiosincracia vecinal los hace  padecer en primera persona la crisis. 

La suma de estos factores, más la desmotivación de las personas están destruyendo  nuestro estado de bienestar que tanto había costado alcanzar en las últimas décadas, produciendo un sentimiento generalizado de individualidad personal y desigualdades cada vez mayores que impide evolucionar de una manera racional, comedida y consensuada. 

Mientras tanto, los más ingenuos esperando los famosos “brotes verdes” y el resto de nuestros jóvenes y los cada vez más numerosos desempleados pasando, no solo los lunes, sino también el resto de la semana y “todos los días al sol”. 

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